Hijo de la legendaria Tomie Ohtake, dama de las artes plásticas brasileña, Ruy comanda una dinastía que deja como legado algunas de las obras arquitectónicas y de arte más importantes de Brasil, pues su motivación siempre ha sido embellecer ciudades. De quien Ohtake sí reconoce cierta influencia y sobre todo, siente gran admiración, es por Oscar Niemeyer, con quien forjó una amistad de medio siglo. El mayor escenario donde ha desplegado su influencia arquitectónica ha sido Sao Paulo, su ciudad natal. La lista de obras es larga y diversa, desde hoteles, un parque ecológico, hasta iglesias y centros culturales. Su edificio para el Hotel Unique (2002), le cambió la cara a la ciudad. De diseño ovalado, la obra ganó varios apodos, como el de sandía y el arca de Noé invertida, sobrenombre que a los ojos de Ruy, le hace más sentido. Con este edificio la arquitectura brasileña renació tras un periodo estancado entre los años cincuenta y setenta.