Los artistas nacen y los profesionales se convierten en uno. Con esta frase podríamos resumir la historia artística de Pasquale Galbusera: un todo creativo que ha conectado, desde muy joven, la vocación cultural con la vida cotidiana de una vida dinámica y transversal. La del "Bernareggino", como le gusta ser llamado, más que una pasión innata por las artes visuales, es una vocación para el homo faber, un genio funcional para los proyectos mentales y conceptuales en los que las manos y el oficio siempre papel decisivo La confirmación está en las inclinaciones del artista, que aún es un niño: juega con sus amigos, pero prefiere ir "a navegar" en un taller o en un laboratorio, para descubrir los secretos de los artesanos de la madera y la cerámica. La urgencia de las ideas está precozmente presente en su mente; la búsqueda de técnicas expresivas muestra, paralelamente, el deseo lúcido de concretizarlas en tiempo real