Descripción del Artista
Estudia Bellas Artes en Madrid y por un golpe de suerte se traslada a Kassel (Alemania), con una beca, en el año 1989. Con la caída del muro (“mamá, no fui yo”), la inmersión en un nuevo idioma y una nueva cultura se da de bruces con una Bauhaus “intermedial” copulativa. Un taller de experimentación audiovisual donde encuentra sobre todo buenas conversaciones, violencia y consumo inusitado de cerveza fría.
Aprovechando el apodo recibido de sus antiguos camaradas bohemios (“el niño subliminal”), decide tirarse a la piscina videográfica. Para ello recurrirá a todo tipo de libros de autoayuda y ejercicios de introspección intelectual, algunos incluso en alemán. Dotado de una torpeza rudimentaria y primitiva lo primero que hace es visionarse todos los vídeos, habidos y por haber, que andaban por aquella vídeoesfera para encontrar el lugar desde donde continuar su labor creativa. Observa sin gestos grandilocuentes y con una sensata parsimonia ciertos “tics” electromagnéticos que se repiten una y otra vez a este lado del espejo catódico y decide dar sus primeros pasos “artísticos” (no es casualidad que su primer vídeo sea una “performance dedicada” a Marcel Broodthaers, hay que ser humilde). Continúa con clases de buceo psicoanalítico en paralelo a viajes turísticos y carnales. Un breve percance hospitalario le recuerda por enésima vez que todo es “vanidad y nada más que vanidad”.
El tiempo corre que se las pela y durante el espejismo de la Expo 92, el niño subliminal coopera en el proyecto de la Documenta IX: “Let there be TV”, 100 días , 24 horas de televisión experimental.
Después de aquello necesita una cura de desintoxicación y vuelve a viajar compulsivamente.
El exilio alemán va tocando a su fin y tiene que retornar a una escena madrileña cocida y desconocida. Aprovechando sus contactos en Alemania con otros becados, que pasaban por allí, decide mantener cierto pulso activo con producciones de bajo presupuesto, por supuesto.
El niño subliminal reconoce su deuda afectiva con el abuelo Nam June Paik y toda la corriente Fluxus y entra en una espiral de circuitos clandestinos de distribución irregular donde se hace lo que se puede. Es adoptado por el colectivo “los niños de la montaña” y por la asociación de artistas “la voz de mi madre”, donde encuentra calor y comprensión.
GDR simultanea desde 1999, su otro heterónimo M.L., que le permite posicionar obras de carácter vírico en circuitos de arte joven. Tras desarrollar exposiciones, crear algunas piezas de vídeo y engordar su currículum artístico “el niño subliminal” y “M.L.” cesan en sus actividades allá por el año 2001.
[El niño subliminal entró en una gran depresión por el apagón analógico y M.L. amenazó con presentar una denuncia como siguiera suplantando su identidad].
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España