Balam Bartolomé (Ocosingo Chiapas, 1975) ha construido un discurso y una práctica a partir del uso del retruécano, la paradoja y la ironía. En su proceso de trabajo un argumento es inmediatamente seguido de otro opuesto, de modo que cada obra deviene en campo abierto a cuestionamientos y posibilidades. Situado en el borde de la realidad y ante el perímetro incierto de la razón, surgen el azar, la ironía y el absurdo como formas desde las cuales nombrar el mundo. Su obra se desarrolla en el borde de la duda: ese espacio en que simultáneamente se definen y diluyen los lindes, pero también donde se concilian y trasponen anverso y reverso, certeza e incertidumbre, vida y obra. Bartolomé introduce la mano en el guante del lenguaje-realidad-verdad para, al retirarla, dejar expuesto su revés frágil y precario.