Una obra de arte no se realiza sólo por tener una gran habilidad con las diferentes técnicas plásticas, tiene que tener alma, emoción. Asumo la práctica artística como una relación directa con todo lo que me rodea, las personas, el espacio, las emociones...Ese es mi verdadero material de trabajo. Actualmente sigo varias líneas de creación basadas en diferentes series, entre ellas La soledad del perro, que reflexiona sobre la soledad y el abandono; Maternidades, una obra con un enfoque más intimista, con escenas protagonizadas por los lazos afectivos y familiares y Estampas Urbanas, principalmente de Madrid, la ciudad donde vivo. En ellas la ciudad aparece como escenario de nuestra vida cotidiana, que en definitiva son un retrato de la sociedad y de nuestra época.