Esta obra nace del enojo y la angustia que me provocaba ver día con día carteles de mujeres desaparecidas, de la incomodidad al recibir acoso y abuso al salir a la calle, de encontrarme cada vez más con testimonios de hermanas siendo agredidas. Busco visualizar esas mismas sensaciones en una imagen, de puntualizar la doble moral del mexicano al agredir a las mujeres día con día y adorar a un personaje al llegar a casa.