Tal vez sea la serie más íntima y misteriosa de toda la muestra. Marcos Terol compara el disfrute del jinete con su caballo al del pintor con su cuadro, y ha sabido transmitir la sutileza y distinción de la doma clásica a través de su equivalencia con el clasicismo pictórico. Así propone una serie de paralelismos entre la anatomía de los caballos y los ritmos compositivos, y entre el color aperlado del pelaje y el blanco marmoléo de las estatuas.
¿Te gustaría añadir o modificar algo de esta obra?
Infórmanos si has visto algún error
en este contenido o eres este artista y quieres actualizarla. ARTEINFORMADO te agradece tu aportación a la comunidad del arte.