Necesidad de tocar queriendo ver lo que el Otro ve, tocar su realidad. Pintar, dar expresión a como el mundo nos toca y pide acción/reacción-creación. Pintar es conocimiento intuitivo al borde del lenguaje, existindo una reciprocidad plástica entre nosotros y lo que sabemos y creamos. A través de la creación el humano toca los límites de una alteridad, una alteridad dentro de sí mismo. Es en esta vulnerabilidad al tacto y intimidad, que es posible construir identidad y comunidad.