Descripción de la Exposición
La obra sobre papel conforman las doce piezas que componen su Zodiaco (1991), serie de dibujos realizada a partir del encargo de decorar el techo del Pabellón de Andalucía para la Expo del 92, en donde relacionó los doce trabajos de Hércules con los signos zodiacales en un alarde creativo de referencias cruzadas entre mitos y símbolos. Guillermo Pérez Villalta ha querido que esta obra esté expuesta de forma permanente en las anillas del Edificio que lleva su nombre. Se hace entrega de las obras a este Excmo. Ayuntamiento de Algeciras, en calidad de Depósito.
En el Pabellón de Andalucía de la Expo del 92, en el anillo intermedio se integran, a forma de cenefa circular, doce figuras que simbolizan los doce trabajos de Hércules, puestos en relación con los doce signos de zodíaco, las horas del día, y los frutos y flores de los meses del año.
Recorreremos la historia de Hércules a medida que va transitando por cada no de los doce signos del zodíaco. En cada uno de ellos, Hércules reflejaba sus características y lograba algún conocimiento nuevo de sí mismo, adquiriendo los dones que el signo en cuestión le confería.
En algunos signos zodiacales la correlación con los trabajos del héroe se manifiesta de manera inteligible. Tal es el caso de Leo, asociado a la muerte del león de Nemea, tema del primer trabajo. Lo mismo ocurre con Tauro, en el que el artista toma como referente iconográfico la narración del séptimo trabajo, la captura del toro de Creta; tras capturarlo, Hércules cabalga sobre su lomo como si fuera un caballo, dominado y dirigido por el poder del hombre.
El signo de Virgo establece una asociación directa con el noveno trabajo, en el que Euristeo ordena a Hércules traerle el cinturón de Hipólita, reina de las varoniles amazonas y en continuo estado de lucha con lo masculino. Villalta muestra a la amazona sosteniendo en una mano un escudo circular y alzando en la otra un candelabro en forma de media luna, a la que se acerca un Hércules con gesto un tanto afeminado.
De igual modo, Capricornio (cabra con cola de pez) nos recuerda directamente la captura de la cierva de Cerinia, rumiante con cuernos de oro, pezuñas de bronce y consagrada a la diosa Artemisa.
Más idealizado aparece Escorpio, asociado al segundo trabajo, en el que Hércules tenía que acabar con la hidra de Lerna, serpiente con innumerables cabezas que se reproducían al ser cortadas, y cuya cola remata Villalta con un aguijón en forma de flecha, a la vez que inserta en su cuerpo las patas del escorpión. Hércules aparece con la espada flameante para cauterizar las heridas de la serpiente tras ser cortadas sus cabezas, con el fin de que no vuelvan a reproducirse. Sin embargo, es en este trabajo en el que aparece la figura de Carcinos, cangrejo gigante enviado por Hera para despistar al héroe en su lucha contra la hidra, y al que la diosa, en premio de los servicios prestados, lo coloca entre los doce signos del zodíaco, creando la constelación de Cáncer.
Para otros signos zodiacales, Villalta, gran conocedor de la mitología, ofrece una asociación más bien indirecta y de carácter simbólico. Tal es el caso de Acuario, en estrecha relación con la limpieza de los establos de Augías, rey de la Élide, en el que el artista asocia la fuerza del agua que mana de una tinaja que sostiene sobre uno de sus hombros con los ríos Alfeo y Peneo, causantes de la limpieza de los establos del monarca.
Igualmente en otros signos, como es el caso de Sagitario o de Géminis, el artista se inspira en alguna anécdota secundaria ocurrida en el transcurso de los trabajos. Tal es el caso de Sagitario, donde el pintor toma como referente el cuarto trabajo, la captura del jabalí de Erimanto, en cuyo recorrido Hércules se hospeda en casa del centauro Folo, representado en la pintura con el arco y las flechas. Por su parte el signo de Géminis puede que haga referencia al décimo trabajo, los bueyes del monstruo Gerión que habitaba en Eritía, isla situada junto a lo que posteriormente fue Cádiz. Al final de su trabajo, Hércules da muerte a Yalebión y Dercino, hijos de Poseidón, por haberle robado el ganado. Es en este viaje en el que Hércules pasa desde Europa a África, arribando a Tarteso, en la costa meridional de España, donde coloca las dos columnas en recuerdo de su periplo.
En el viaje al jardín de las Hespérides, undécimo trabajo, Hércules viaja al jardín en el que crece el manzano de la fruta mágica, el árbol de la vida, guardado por un dragón. En este relato aparece un paralelismo con la historia bíblica del jardín del Edén, donde una serpiente animaba a comer la fruta del árbol de la vida, lo que otorgaba el conocimiento del bien y del mal. Hércules, apoyado sobre las columnas, sostiene la balanza que sopesará el bien del mal, fiel reflejo de Libra.
Aries, primer signo del zodíaco, simboliza la creación. En Akad, este signo era llamado “aquel en donde se hizo el sacrificio de rectitud”. Es el signo de los impulsos fuertes, y de los potentes y exagerados esfuerzos.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España