Descripción de la Exposición Los jóvenes Sislay y Kosumi se definen como omnívoros. De manera natural y sin prejuicios adquieren técnicas y referentes de aquí y de allí de manera espontánea: 'Venimos de un mundo donde todo es posible. Cuando éramos niños en la escuela, escuchábamos Beethoven, admirábamos la obra de Picasso y queríamos ser Samuráis. Después del colegio, entre los campos de arroz, jugábamos al béisbol o a fútbol, y en casa con la Nintendo o leyendo comics. Orábamos en el altar de Budha y comíamos hamburguesas con palillos chinos.' Entendida a partir de una intervención en el espacio del Forum del FAD, la exposición de estos dos artistas nipones parte de la contraposición estilística de sus respectivas obras para poner de manifiesto la riqueza existente en su país de origen, donde en medio de una tradición cultural milenaria se han consolidado conceptos ajenos pertenecientes a la poliédrica 'cultura occidental'. En lugar de verlo como un inconveniente, estos dos jóvenes de Osaka reivindican la oportunidad de escoger entre los diferentes referentes cotidianos que durante los últimos 50 años han ido modelando la iconografía de su país. El resultado de este trabajo se ajusta más a la realidad de un país considerado paradigma de la actual globalización, que a la clásica y estereotipada representación del país nipón a partir de la imagen del Monte Fuji o de la tendencia asociada al Japan chic. Desde Sony a Francis Bacon, pasando por Sex Pistols, el Manga, Miró o el universo de los videojuegos, las referencias visuales de los jóvenes Sislay y Kosumi son múltiples y están al margen de nacionalidades.