Descripción de la Exposición Existe una constante referencial, ineludible cuando se reflexiona sobre la obra de Giorgio de Chirico: el silencio. Es un elemento asociado a plazas en penumbra, soportales misteriosos, estatuas clásicas e invisibilidad absoluta de la figura humana; se desliza en soledad por entre objetos y arquitecturas que el artista arranca de los valiosos fragmentos de memoria histórica que le rodean. En este paisaje fantasmagórico, de espectros inmóviles, el silencio parece inmortal, cómo si se hubiera detenido, confinado para siempre en el abismo de la pintura. El autor italiano representó un elemento tan intangible en un contorno real y cercano, tan real y cercano como el paisaje que Xoán Cerviño observa a diario, aunque, en este caso, habitado por hormigoneras y aerogeneradores que han invadido los montes de nuestro país y viaductos capaces de colgarse sobre la nada. Con todo, estas iconografías relativas a la industria del ladrillo, energía y transporte, le han llevado a una empatía con el maestro de la pintura metafísica, porque Cerviño también pinta el silencio, aunque atrapado ahora por el paisaje contemporáneo, un paisaje perfilado por la acción del hombre actual, más preocupado por la ingeniería irreverente que por fantásticos mitos de héroes y dioses legendarios. Sólo Eolo parece haber sobrevivido entre molinos de viento de hormigón. No tiene reparos el artista en reconocer su admiración por las vanguardias; es una declaración reflexiva, que fija planos cromáticos y provoca encuentros simultáneos de imágenes, al mismo tiempo que establece composiciones ordenadas que transforman la representación del entorno en siluetas geométricas, composiciones que, por otra parte, han abandonado la rigidez plana de anteriores creaciones, volviéndose más flexibles ante la perspectiva en profundidad. Las creaciones más recientes de Cerviño ponderan una estética orquestada con ecos del sonido metalizado de la incipiente vida moderna de Léger, de las sensaciones aletargadas de De Chirico, del espacio organizado cubista y, especialmente, de una mirada inquieta que vigila el territorio que crece a su alrededor, esculpido por tonalidades de verdes y marrones y asaltado por el cemento y la velocidad. En este mundo visible de Xoán Cerviño ronda, como en aquellas plazas italianas, el silencio y también la belleza, poéticas emboscadas entre la magnificencia de la naturaleza y la tiranía ejecutora del llamado progreso.
Exposición. 09 ene de 2025 - 14 feb de 2025 / Galeria Leandro Navarro / Madrid, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España