Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Werner Petzold nació en Leipzig en 1940. Después de acabar su formación profesional en litografía, estudió pintura en la escuela superior de artes gráficas y arte bibliográfico de Leipzig Leipziger Hochschule für Grafik und Buchkunst. Su profesor, Bernhard Heisig, fue uno de los tres padres fundadores de la famosa Escuela de Leipzig, que marcó de manera decisiva a las dos siguientes generaciones. La escuela ha producido los movimientos y las personalidades artísticas más diversos a lo largo de varias generaciones y ha abarcado varios estilos. En la actualidad, la escuela sigue potenciando el fomento de unas elevadas exigencias artísticas en combinación con un análisis concienciado de la sociedad. Junto con la creación de tablas y dibujos, el joven pintor Petzold pronto recibió encargos de la industria para ejecutar murales monumentales, tanto en interiores como al aire libre. La mayoría de las veces se tratará de imágenes que muestran al «nuevo hombre» en unos agrupamientos intrépidos y en actitudes de avance. No obstante, y a pesar de todos estos éxitos artísticos, la situación en la RDA comenzó a resultarle cada vez más insoportable. De tal modo que en 1983, durante unas vacaciones en Rumanía, de manera espontánea, decidió huir. Como en una novela, después de cruzar a nado el Danubio llegó a la orilla yugoslava solamente con el pasaporte y vestido con el bañador. Tras su exitosa huida, Werner, quien había pertenecido hasta entonces a uno de los más importantes centros del arte de la RDA, recaló en la Alemania occidental. Ahora se trataba de tener que familiarizarse con un sistema completamente distinto. No solamente había perdido la totalidad de su obra de creación, sino que debía hallar de nuevo su posición como artista. Su capacidad para pensar en grandes formatos y también para llevarlos a la práctica de forma artística, le permitió ganar concursos y licitaciones para realizar murales y retablos también en la Alemania Occidental. Sin embargo, cumplir los deseos del cliente en cada ocasión es una cosa y encontrar la propia expresión personal es otra bien diferente. Un detonante para ello fue probablemente su viaje a los Estados Unidos realizado en 1985, donde entró en contacto con las grandes pinturas libres de los expresionistas abstractos americanos. Además, el efecto de América, con su amplitud y su sensación de libertad, actuó como un golpe liberador después de años de estrechez y desorientación. De pronto, arrastrada hacia arriba por el subconsciente, aparece la forma que expresa todo esto en sus cuadros. Las estructuras fijamente encajadas se despedazan y estallan desde el centro hacia el exterior en explosiones de colores. Al mismo tiempo, con total espontaneidad, la diestra mano del pintor crea con un estilo seguro un nuevo orden a partir del caos. Se puede interpretar como una metáfora de su propia vida. Marcharse de un país atado, para dirigirse hacia la inseguridad y, al final, llegar a un lugar lleno de múltiples posibilidades. Esta sensación de una voluptuosa creación de unos espacios siempre nuevos y cada vez más dinámicos y de mayor colorido se mantiene hasta el día de hoy. La serie de los años 2000, «California», que puede contemplarse en la exposición de Espacio AVAart, también vive del estilo de estos trazos. Por otro lado, junto a las pinturas abstractas, a la vez se siguen generando en paralelo cuadros figurativos una y otra vez. Una vivencia perturbadora le hace observar la vida desde su lado más oscuro. A partir de 2010 se origina la serie «Grauzone» («La zona gris»). Cuadros que se mantienen en unos tonos grises apagados, donde únicamente los cuerpos de las víctimas se iluminan en carnación (color piel). Con todo, la zona gris también significa que se está entrando en un terreno sobre el cual no gusta hablar: La violencia doméstica y la muerte. Y, a pesar de ello, se encuentran omnipresentes en los medios de comunicación. De este modo, a primera vista, la serie de cuadros casi se asocia con secuencias de películas; pero al segundo vistazo se reconoce el montaje preparado por el artista. Las víctimas son femeninas y no tienen cara; el entorno no está en orden. Por una parte se dibujan tragedias humanas y por otra Werner Petzold trabaja con metáforas, le pone cara a la muerte. Ésta no siempre aparece como un ángel de la muerte esperado con anhelo. La mayoría de las veces es un huésped no invitado, que exige su tributo sin compasión y presenta la factura. A pesar de lo directo de la representación, al observador aún le queda suficiente margen para la interpretación. Similarmente a lo que ocurre con los «Caprichos» de Goya, son las pesadillas del artista que se alimentan de los abismos de la existencia humana, las que lo acosan y perturban. Este realismo mágico lóbrego y atosigante se contrapone al colorido abstraccionismo del pintor. Como punto final se muestra una obra que reúne en sí la figuración y la erupción expresiva del color: «Teatrum mundi». Un teatro del mundo puesto en escena con una gran tensión, en el que es el payaso quien maneja los hilos. Barbara Rüth Berlín, enero de 2013
Werner Petzold (Leipzig, 1940) pintor y muralista. Miembro de la Unión de Artistas de la RDA (1967-1983). Reconocido muralista, realizó importantes trabajos en este campo desde el año 1972 en diversas ciudades de la RDA. En este país, alcanzó un notable prestigio por su obra artística en general. En el año 1983, escapó a la República Federal de Alemania. Entre el 1996 y 1998 ha diseñado también vidrieras para diversas iglesias en Alemania. Ha expuesto con éxito en Polonia, Rusia, Bulgaria, Hungría y Alemania. Su obra actual bascula entre el expresionismo abstracto y un expresionismo social de carácter figurativo.
Exposición. 26 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España