Descripción de la Exposición
Y eso, ¿para qué sirve? Posiblemente, esta sea la pregunta que más me han formulado desde el momento en que tomé la decisión de matricularme en el Grado de Historia del Arte hasta el mismo día de hoy. Es más, estoy segura de que volveré a escucharla en más de una ocasión. Y, a pesar de haberme visto tantas veces en esa situación, todavía no sé qué contestar ni cómo reaccionar. Aunque parezca imposible, me sigue pillando desprevenida. Pero es que, realmente, no sabría qué decir. Porque la persona que me está haciendo esa pregunta, en la mayoría de los casos, no se está interesando por mis estudios o mi profesión, sino que, con o sin intención, está iniciando un debate sobre la utilidad en términos productivos o económicos. Y, de ser así y yo entrara al trapo, el desenlace sería trágico.
Que el arte es inútil ya lo dijo Oscar Wilde hace poco más de cien años. Eso sí, con un sentido muy distinto al que manejamos en pleno siglo XXI. Factores como el imparable avance tecnológico, la creciente globalización o la conquista del neoliberalismo han conducido a la incorporación de la cultura al sistema de mercado y a la identificación de la creación artística con la producción de mercancías. En este escenario, galerías y ferias de arte son un negocio más que, junto a los artistas que llenan sus catálogos, necesitan generar beneficios para, al igual que un profesional de cualquier otro sector, cubrir sus necesidades. Nos guste o no, en este presente que se describe necesitamos dinero para vivir. Así de simple.
Pero la creación humana, en esencia, no entiende de lógicas mercantiles, y es aquí donde radica el problema. Cuando el dinero ocupa la primera posición en la lista de prioridades –olvidémonos de los posibles motivos que puedan justificarlo–, el riesgo que uno toma es, ciertamente, menor. Así que, si tenemos en cuenta que el sector artístico es uno de los más precarizados de la realidad española actual, podremos entender la doble moral de la que, muchas veces, los artistas y demás profesionales del ámbito artístico no pueden escapar.
Según un estudio realizado por la Fundación Antonio de Nebrija en 2017 con la intención de analizar el estado de la actividad artística en España, tan sólo el 15% de los encuestados afirmó mantenerse, exclusivamente, de su trabajo creativo; siendo, por tanto, mayoritario el porcentaje de artistas que se ven obligados a compaginar su actividad con otros empleos. Esta situación no sólo fomenta que muchos artistas accedan a trabajar bajo condiciones sumamente precarias –o, incluso, gratis– en un ámbito donde acumular méritos se considera imprescindible, sino que también empuja a muchos otros a adecuar sus proyectos a los requerimientos impuestos por el mercado.
Dicho esto, no es casualidad que Luis San Sebastián haya elegido como título para su exposición una frase con tanto peso. We Are Only in It for the Money –en español, Sólo lo hacemos por el dinero–- constituye, en sí misma, toda una declaración de intenciones con la que el artista nos da la bienvenida a su particular universo habitado por notas musicales y juegos semióticos que esconden, tras un manifiesto sarcasmo, una crítica velada al sistema del arte contemporáneo. Luis se apropia de este lema, trasladándolo desde su contexto original en la portada del álbum publicado en 1968 por la banda liderada por Frank Zappa –The Mothers of Invention–, para actualizar el mensaje que el propio Zappa quiso lanzar cincuenta años atrás: su rechazo a una industria musical que absorbe y desactiva movimientos contraculturales para convertirlos en productos al servicio del sistema dominante.
No se quedan atrás los demás enunciados que declaman el resto de piezas. En This Artwork Exists When It Is Sold y 26 Prints for Cash Luis San Sebastián vuelve a emplear este método tan habitual en su obra con el que trata de construir sistemas de relación simbólicos entre la obra de arte en sí y los recursos textuales que extrae, casi siempre de forma literal, del entorno de la música popular de las últimas décadas del siglo XX –26 Prints for Cash alude al título del disco de Aphex Twin 26 Mixes for Cash, mientras que This Artwork Exists When It Is Sold, es, en este caso, únicamente un guiño autorreferencial–. Así, arte y música se fusionan para dar lugar a una especie de collage donde dos realidades, que, aparentemente, nada tienen que ver, son incorporadas a un nuevo contexto donde se resignifican y actualizan.
Y es que la obra de Luis San Sebastián se levanta sobre firmes referentes teóricos como Nicolas Bourriaud o Hal Foster, a la vez que bebe del trabajo de artistas conceptuales de distintas épocas. Dentro de We Are Only in It for the Money nos encontramos ante un arte metadiscursivo donde cada obra hace referencia a sí misma para hablar de su esencia como objeto artístico y su paradójica relación con el mercado del arte.
No obstante, al leer estas líneas, tal vez muchos se pregunten si es posible, desde la figura del artista, la adopción de una postura convincente contra el sistema del arte contemporáneo y su participación, al mismo tiempo, dentro de las lógicas capitalistas de ese mercado. Es, sin duda, una pregunta que daría para muchas reflexiones dado que lo que es válido para unos, no lo es para otros; si bien no hemos de olvidar que, en nuestro camino hacia adelante, la contradicción es, muchas veces, necesaria y, casi siempre, inevitable. Dicho esto, termino con una cita de Walter Benjamin en la que, con su permiso y sólo para esta ocasión, he cambiado la palabra escritor por artista: “al artista una sola exigencia: la de reflexionar sobre su posición dentro del proceso de producción”
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España