Viviendo entre dos culturas, (EE.UU. y España) y entre ciudad y naturaleza, usa el soporte del dibujo para expresar observaciones, sueños y reflexiones. Cada trazo es un poema visual donde encontramos un equilibrio entre sensaciones volátiles y sugerentes líneas concretas. Las imágenes transpiran en un espacio donde detalles oscuros pueden rozarse con pensamientos luminosos, uniéndose en el núcleo de un momento donde reposan como un espécimen sobre papel.

La artista utiliza la metáfora como estética, partes del cuerpo, animales, detalles de tejidos, fotografías y revistas de moda, que comulgan con formas abstractas y formaciones. Estas formas se separan de su transparencia, de sus texturas y colores, conversando en un haiku visual.

Una experiencia exquisita que se desdobla siguiendo los pliegues de los grabados orientales, acuarelas y aguafuertes; haciendo un guiño a una humilde honestidad que respira entre un ... garabato y una envolvente mitología personal.