Sus paisajes a un primer vistazo, pueden parecer eso, paisajes nocturnos de carretera desde el coche o de paseo en horas en las que el sol intenta ocultarse; y más adelante, a altas horas de noche cerrada, cuando el único punto de luz se encuentra en los faros de un coche o tan sólo en unas farolas puntuales… Si seguimos mirando, nos adentramos de lleno en un espacio cuya atmósfera se torna inquietante debido a la fuerte contraposición de luz y oscuridad, en la que ambas se envuelven. Una eterna danza de opuestos que parece intentar hablarnos y hacernos preguntas tal vez, sobre la elección de distintos trayectos, proyectos y sueños, temores e incertidumbres, realidades y ficciones… aunque esto únicamente es una interpretación personal del trabajo que aquí nos muestra este grandísimo artista.