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La diversidad social sin duda existe, pero más allá de la misma prevalece la marginación y la desigualdad. Sin embargo, queda la duda sobre los sueños y la felicidad de las personas que habitan ese México diferente, aquel lejano al progreso, a la modernidad urbana y al crecimiento de las ciudades con las características que parece exigir la primera década del siglo XXI.

Esas personas convertidas en personajes gráficos, nos muestran en sus miradas, en sus desplazamientos, su intimidad con la idea de sobrevivir. ¿Es acaso este anhelo más fuerte que sus colores? Nos comparten con facilidad su humilde grandeza, su dignidad de ser fieles a sus tradiciones y nos regalan de un solo golpe de vista, la contundencia de sus historias.

No se busca nada más que manifestar respeto por aquellos que aspiran a trascender el día, con un mañana incierto para todo, para casi todo, porque lo único que pareciera podrán heredar, es la esperanza.