Daniel, nombre real de SAN, comenzó a pintar en las calles en los 90, optando por escribir su nombre por todos lados, primero y trabajar un estilo figurativo y personal, más tarde. Sus piezas han sido definidas como dibujos oníricos o cercanas a la pintura de Picasso o Botero. Él no se deja definir por ninguno de los estilos y etiquetas que le ponen, sino que dice alimentarse de todos, desde un pintor hasta un cubo de basura.

En Vitamina E el artista nos cuenta que 'está basada en una crítica al principal uso que tiene el dinero'. Mostrando esta idea del consumo, el autoconsumo y la capacidad del dinero para, como el mismo dice hacer 'crecer al hombre y a su sociedad, otorgando a la evolución humana un nuevo objetivo'.