Descripción de la Exposición
CaixaForum Barcelona se convierte en epicentro de la fotografía experimental
• El centro cultural de la Fundación ”la Caixa” acoge el estreno de una exposición inédita que propone un recorrido por la fotografía experimental en colaboración con el Musée National d’Art Moderne - Centre National d’Art et de Culture Georges Pompidou de París.
• La muestra, con 171 obras de 99 artistas, se sumerge en esta rama de la fotografía que han practicado numerosos artistas y profesionales de múltiples disciplinas y lugares, como Man Ray, László Moholy-Nagy, Lisa Oppenheim, Florence Henri, William Klein, André Breton, Rudolf Steiner, Barbara Kruger, Constantin Brancusi, Olafur Eliasson, Paul Éluard, Barbara Morgan y Suzanne Muzard, entre muchos otros.
• Lejos de una lectura lineal y cronológica, Visiones expandidas. Fotografía y experimentación propone un recorrido de experimentación fotográfica desde comienzos del siglo XX hasta nuestros días, y pone en diálogo obras históricas y contemporáneas con el fin de resaltar afinidades y analogías entre artistas de distintas épocas y movimientos.
• La exposición, que se podrá visitar hasta el 20 de agosto de 2023 en CaixaForum Barcelona, se compone de seis ámbitos temáticos: «Luz», «Movimiento», «Alteraciones», «La visión a prueba», «Recrear mundos» y «Anatomías». Como novedad, incorpora una fotografía botánica de Emili Godes de los fondos del Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Barcelona, 26 de abril de 2023. La directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundación ”la Caixa”, Isabel Salgado; la directora de CaixaForum Barcelona, Mireia Domingo, y la comisaria Julie Jones han presentado este jueves Visiones expandidas. Fotografía y experimentación en CaixaForum Barcelona.
Dentro de su programación, la Fundación ”la Caixa” presta especial atención al arte de la fotografía con el objetivo de mostrar la influencia de las imágenes en la sensibilidad contemporánea y destacar el papel de los grandes creadores visuales del siglo XX y, también del XXI, en nuestra forma de ver el mundo. Con este objetivo ha organizado exposiciones dedicadas a los grandes nombres de la fotografía, como Jacques-Henri Lartigue, Eugène Atget, Robert Doisneau, William Klein, Richard Avedon, Diane Arbus, Henri Cartier-Bresson, Willy Ronis, Philippe Halsman o Robert Capa.
En esta ocasión, la Fundación ”la Caixa” se vuelve a aliar con el Centre Pompidou, institución de referencia en el arte moderno y contemporáneo, y poseedora de uno de los fondos de fotografía más importantes de toda Europa, para exponer una nueva muestra, Visiones expandidas. Fotografía y experimentación, después de estrenar en 2020 Cámara y ciudad. La vida urbana en la fotografía y en el cine, que exploraba la intensa relación que fotógrafos y cineastas han mantenido con la ciudad moderna a lo largo del siglo XX y en el siglo XXI.
Esta muestra llega a CaixaForum Barcelona, tras estrenarse de forma inédita en CaixaForum Madrid. Posteriormente, viajará a CaixaForum Sevilla y CaixaForum València. Se trata de la tercera exposición que nace de la alianza conjunta que la Fundación ”la Caixa” y el Centre Pompidou sellaron en julio de 2019 para la organización conjunta de exposiciones en los próximos años. Después de Cámara y ciudad. La vida urbana en la fotografía y en el cine, ambas instituciones colaboraron para traer a España la exposición El universo de Jean Prouvé. Arquitectura / Industria / Mobiliario.
El proyecto expositivo propone un recorrido por la experimentación fotográfica desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Visiones expandidas. Fotografía y experimentación ofrece una historia de la fotografía experimental de la mano de los ricos fondos de las colecciones del Musée National d’Art Moderne - Centre de Création Industrielle (Mnam-Cci), Centre Pompidou. Lejos de una lectura lineal y cronológica, la muestra pone en diálogo obras históricas y contemporáneas, con el objetivo de enfatizar afinidades técnicas, formales y temáticas, a través de seis secciones: «Luz», «Movimiento», «Alteraciones», «La visión a prueba», «Recrear mundos», y «Anatomías».
Desde sus orígenes, la fotografía ha estado sujeta a los muchos y constantes avances de los procesos químicos y técnicos. A comienzos del siglo XX, artistas de vanguardia como los dadaístas y los surrealistas, así como los artistas modernos cercanos al constructivismo, mostraron un especial interés por el medio fotográfico, que entonces se consideraba la herramienta contemporánea por excelencia. De hecho, la fotografía no solo ofrecía nuevas posibilidades formales para explorar y expresar el espíritu de los tiempos modernos, sino que, al no estar vinculada a una larga tradición ni a las redes de difusión clásicas, encarnaba además la libertad de acción y pensamiento al servicio de innovaciones formales y de críticas sociales o políticas. De esta forma, collages, fotomontajes, fotogramas y puntos de vista radicales generaron una nueva gramática visual.
En la segunda mitad del siglo, una nueva generación llevaría aún más lejos esas experimentaciones visuales y diluiría todas las fronteras establecidas entre las diferentes disciplinas artísticas ―pintura, escultura y cine, pero también performance―. Esa investigación y esa creatividad constantes persisten en la actualidad gracias a numerosos artistas que cuestionan la naturaleza de las imágenes y su rol en el mundo actual. Ahora, fruto de la revolución impulsada por las tecnologías digitales, trasladan la fotografía experimental a horizontes creativos inéditos.
La muestra reúne 171 obras de 99 artistas de épocas y movimientos muy diversos, como Man Ray, László Moholy-Nagy, Pierre Cordier, Liz Deschenes, Maurice Tabard, Roger Parry, Sara Cwynar, Paolo Gioli, Pol Bury, Ellen Carey, Jeff Guess, Vera Lutter, Bruce Conner, Alexandre Rodtchenko, James Welling, Raoul Ubac, William Klein, Raymond Hains, Olafur Eliasson, Harold Eugene Edgerton, Barbara Morgan, Heinz Hajek-Halke, Hergo, Nigel Henderson, Florence Henri, Constantin Brancusi, Paul Éluard, Suzanne Muzard, Lisa Oppenheim, André Breton, Barbara Kruger y Rudolf Steiner, entre muchos otros. Como novedad, la exposición incorpora en CaixaForum Barcelona una fotografía botánica de Emili Godes de la década de 1930 procedente de los fondos del Museu Nacional d’Art de Catalunya, en representación de autores españoles. En las próximas sedes expositivas, se sumarán otras instantáneas por motivos de conservación.
Los creadores de estas obras proceden de ámbitos y disciplinas muy diversos, tales como el arte, la ciencia, el diseño gráfico, la arquitectura, la poesía, la ilustración, la astronomía y la escritura, entre otros. Dada esta diversidad y la dificultad de poner fronteras a los múltiples ámbitos de trabajo de estos artistas, la comisaria de la muestra, Julie Jones, hace referencia al fotógrafo experimental como un «inventor». Lo hace al hilo de una cita del artista y diseñador Gérard Ifert, al que el Centre Pompidou dedicó parte de una exposición sobre las relaciones entre la fotografía abstracta y el diseño gráfico.
Un nuevo alfabeto visual adaptado a un entorno en transformación
La exposición empieza con el ámbito «Luz» como principio de la experimentación fotográfica. Muchos artistas de comienzos del siglo XX la utilizaron para crear nuevos lenguajes y, según László Moholy-Nagy, gran teórico del arte moderno fascinado por la revolución artística que supuso la fotografía, la investigación de la luz dio lugar a un nuevo alfabeto visual adaptado a un entorno en transformación. Entre los vanguardistas se extendió el uso de la técnica del fotograma, que era una fotografía realizada sin cámara y que se obtenía con el solo contacto de uno o varios objetos con papel fotosensible. Con los años, otros artistas ampliaron las experimentaciones con la luz jugando con la fuerza evocadora de la imagen en negativo. En este ámbito destaca el fotograma del artista e icono de cine experimental Bruce Conner Starfinger Angel [Ángel con dedos de estrella], que resalta la naturaleza espiritual del ser humano; los fotogramas de Peter Miller, y las propuestas abstractas y singulares, también sin cámara, de László Moholy-Nagy. También cabe resaltar las instantáneas de Man Ray, que sistematizó el uso del fotograma y confirió a la técnica un valor artístico. En este espacio se puede ver un ejemplo de fotografía «futurista» de Tato, impulsor del futurismo italiano de los años veinte. Otro de los nombres destacados de este ámbito es el de Vera Lutter, cuyas obras suponen un paso más allá en el uso del método inventado con anterioridad a la fotografía: la cámara oscura. Con ayuda de una cámara estenopeica, Lutter se dedicó a capturar la huella del paso del tiempo en lugares tan variados como zonas industriales alemanas, las pirámides de Egipto y los rascacielos de Manhattan. Esta exposición recoge una imponente imagen en negativo que representa un punto de extracción de carbón en Alemania, en la mina al aire libre de Hambach.
Fascinación por el movimiento
El «Movimiento», nombre del segundo espacio, alude a la fascinación de muchos fotógrafos experimentales por representar visualmente esa sensación. Unas cámaras fotográficas más manejables y unas emulsiones cada vez más sensibles permitieron tanto a los artistas vanguardistas como a los aficionados experimentar con el movimiento. Además de la transgresora imagen de la marquesa Luisa Casati, de Man Ray, en este ámbito sobresale la rítmica e inquietante serie 15 minutes la nuit au rythme de la respiration, 1, 2, 3 [15 minutos por la noche al ritmo de la respiración, 1, 2, 3], de la fotógrafa y escritora francocanadiense Alix Cléo Roubaud. También destacan creaciones basadas en el arte óptico del diseñador gráfico Franco Grignani, las «fotografías hipnagógicas» (por la denominación del estado del sujeto que se encuentra entre la vigilia y el sueño), así como instantáneas del científico estadounidense y profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Boston, Harold Eugene Edgerton. Las imágenes de William Klein y Lotte Johanna Jacobi emergen en la exposición como fotografías visionarias y abstractas. De Gérard Ifert se podrán ver algunos ejemplos de sorprendentes efectos ópticos. La exposición también incluye una serie del artista contemporáneo islandodanés Olafur Eliasson, Pedestrian Vibes Study [Estudio de las vibraciones de un peatón], en la que utiliza su propio cuerpo como soporte para la experimentación.
El tercer ámbito, «Alteraciones», muestra que la fotografía resulta un medio muy maleable. Los artistas utilizan todo tipo de instrumentos para conseguir efectos infinitos tanto a través de la fotografía analógica (por su base química) como de la digital. El uso del color en la fotografía también se considera desde sus inicios una forma de subversión por su capacidad de difuminar la frontera entre este medio y la pintura. Aunque la fotografía en color ofrece una imagen más fiel de la realidad, si se manipula también puede representar un mundo artificial. En este espacio destaca el trabajo de la artista canadiense Sara Cwynar, que propone una reflexión sobre el vínculo entre poder y archivo en la era contemporánea. Entre las experimentaciones fotográficas que se pueden ver en este espacio figuran cristalizaciones de Constantin Brancusi, composiciones abstractas del alemán Heinz Hajek-Halke, los trabajos de Man Ray, las alteraciones fotográficas de Hergo, los motivos psicodélicos y geométricos de Ellen Carey y los collages del artista plástico y cineasta italiano Paolo Gioli. También cabe destacar las arquitecturas experimentales de Elizabeth Lennard y las composiciones abstractas de James Welling y Beatrice Caracciolo, además de creaciones del reputado fotógrafo de moda alemán Wolfgang Tillmans y del artista autodidacta y experimentador atípico del medio fotográfico Pierre Cordier.
Con el cuarto ámbito, «La visión a prueba», la muestra aborda las múltiples posibilidades de ampliar el alcance del ojo humano a través de técnicas como el microscopio, que permite grabar lo infinitamente pequeño y descubrir mundos inaccesibles a primera vista; una radiografía; el telescopio; panorámicas y tomas de 360 º, y los infrarrojos, por ejemplo. Numerosos fotógrafos contemporáneos se distinguen por tomar y modificar métodos antiguos o bien aquellos que se utilizan en otros campos, como el arquitectónico, el médico o incluso el militar. Destacan las imágenes lumínicas de Georges Guilpin, Étienne Léopold Trouvelot y Alexandre Vitkine, las imágenes a caballo entre el body art y el land art de Dennis Oppenheim, la performatividad de Steven Pippin, las Iluminaciones de Ian Paterson, los negativos recuperados y tratados de Lisa Oppenheim, la gestualidad de Rudolf Steiner e imágenes del fotógrafo alemán contemporáneo Thomas Ruff.
Ocupa un lugar destacado de este ámbito y de toda la exposición la instalación de grandes dimensiones From Hand to Mouth [De la mano a la boca], de Jeff Guess. Consiste en una impresión fotográfica continua en gelatina de plata de 1 por 22 metros con 24 imágenes individuales. La impresión está suspendida de una estructura metálica circular de 7 metros de diámetro e iluminada centralmente desde arriba. El poeta y artista produjo los negativos colocando un trozo de película de 35 mm directamente en su boca, que usó como cámara oscura. Cada imagen representa su mano tocando un objeto doméstico cotidiano (una silla, un teléfono y un libro, entre otros), impresa a escala real y con todo el negativo visible, incluidos los agujeros de las ruedas dentadas. La superficie fotográfica contiene huellas de una presencia corpórea en un intento del artista de explorar los límites de la fotografía.
En el quinto ámbito, «Recrear mundos», la exposición se sumerge en creaciones fotográficas que han originado nuevos universos visuales. Si bien la fotografía siempre ha sido valorada como herramienta para representar fielmente la realidad, para muchos fotógrafos, profesionales o no, también es un medio para deformar la realidad visible. Estas imágenes recompuestas por medio de sobreimpresiones de dos o más tomas en un único negativo, combinación de negativos, recortes, collages o cambios digitales se convierten en puertas de acceso a mundos con interpretaciones infinitas. A menudo, estas imágenes son objeto de crítica política y social. En este quinto ámbito se pueden ver una poética composición de François Kollar, los collages narrativos del poeta rumano nacionalizado francés Ghérasim Luca, un retrato del fotógrafo e ilustrador surrealista francés Roger Parry, una creación crítica de la conceptual Barbara Kruger y retratos de Alix Cléo Roubaud. Las composiciones de Noémie Goudal, Pierre Boucher y Raoul Hausmann, así como una creación poética de László Moholy-Nagy, entre otros, componen también este ámbito.
Por último, el ámbito «Anatomías» explora uno de los temas favoritos de los fotógrafos experimentales: el cuerpo humano. Desde los orígenes de la fotografía hasta hoy, el cuerpo se ha concebido como una materia prima flexible, un terreno que admite todas las proyecciones y se presta de manera especial a expresar la complejidad de las identidades. Llaman la atención el romanticismo negro de Joel-Peter Witkin, la erótica de Lucien Lorelle, el surrealismo del periodo de entreguerras de Raoul Ubac, el diálogo que entablan Man Ray y Nathan Lerner, así como el de Pierre Boucher y Herbert Bayer y la provocación de Georges Hugnet. Del ilustrador, director artístico, realizador y fotógrafo francés Jean-Paul Goude se verán singulares reconstrucciones de instantáneas de la primera modelo negra de alta costura, Mounia Orosemane, así como de Grace Jones, su mujer, a la que considera su musa.
La muestra cuenta con un proyecto de mediación integrado en tres puntos del recorrido expositivo. Bajo el título de «Fotoexperimenta», invita a los visitantes a probar y descubrir —con un glosario— una selección de técnicas con distorsiones, cambios de positivo a negativo, quimigramas y sobreimpresiones. En cada una de las tres pantallas repartidas por la exposición, los visitantes podrán experimentar con estas técnicas y descargarse su foto a través de un código QR.
La exposición se acompaña de un catálogo que profundiza en sus diferentes aspectos. Se completa con una serie de cuatro entrevistas en profundidad realizadas por la comisaria Julie Jones y por Florian Ebner, conservador y jefe del Departamento de Fotografía del Musée National d’Art Moderne - Centre de Création Industrielle, a los artistas Gottfried Jäger, Jeff Guess, Liz Deschenes y Chen Cohen.
TEXTOS DE SALA
Luz
El grado cero de la experimentación fotográfica es, sin lugar a dudas, el estudio y la manipulación de la luz, el elemento «primario» indiscutible de la fotografía, por delante incluso de la cámara o de la copia final. Muchos artistas de comienzos del siglo XX la utilizaron para crear nuevos lenguajes y, según László Moholy-Nagy, gran teórico del arte moderno fascinado por la revolución artística que supuso la fotografía, la investigación de la luz dio lugar a un nuevo alfabeto visual adaptado a un entorno en transformación. Entre los vanguardistas se extendió el uso de la técnica del fotograma ―fotografías realizadas sin cámara, obtenidas con el solo contacto de uno o varios objetos con papel fotosensible―, unas imágenes «automáticas» de gran potencial poético que sedujeron especialmente a los dadaístas y más tarde a los surrealistas por su estética y su técnica. En años posteriores, otros artistas ampliaron las experimentaciones con la luz jugando además con la fuerza evocadora de la imagen en negativo (con los valores invertidos) en todas sus formas.
Movimiento
En la década de 1880, unas cámaras fotográficas más manejables y unas emulsiones cada vez más sensibles permitieron tanto a los artistas vanguardistas como a los aficionados experimentar con el movimiento. Aquellos tanteos podían tomar formas muy variadas, desde registrar vibraciones luminosas hasta crear efectos rítmicos con el montaje. En cualquier caso, eran imágenes que reflejaban un mundo en plena transformación industrial. Después de 1945 las experimentaciones se incrementaron, pues la relación entre arte y ciencia se hizo más estrecha. Y lo sería todavía más en los años cincuenta y sesenta, no solo debido al entusiasmo sino, sobre todo, a la profunda inquietud causada por los avances científicos y tecnológicos. Otro factor que estimuló las pruebas fotográficas con el movimiento fue la influencia de la abstracción gestual en la pintura. La fascinación por representar visualmente la sensación de movimiento, que persistiría en los años siguientes, hace patente la capacidad del medio fotográfico de reinventarse de manera constante.
Alteraciones
La fotografía resulta un medio extremadamente maleable: tanto la analógica (por su base química) como la digital dan pie a realizar alteraciones de todo tipo. Los artistas utilizan, y en algunos casos crean ellos mismos, todo un abanico de instrumentos con los que alejarse de la reproducción perfecta de la realidad. Aplicación de gelatina sensible a la luz, mal uso (voluntario o accidental) de las técnicas de revelado del negativo o la copia, o de obtención de la imagen digital…; a partir de ahí surgen juegos de disolución formal que dan lugar a figuras y universos inéditos y fantásticos. El uso del color en la fotografía también se considera desde sus orígenes una forma de subversión por su capacidad de difuminar la frontera entre este medio y la pintura. Y, aunque la fotografía en color ofrece una imagen más fiel de la realidad, si se manipula también puede representar un mundo artificial.
La visión a prueba
La experimentación fotográfica suele empezar por el modo de realizar la toma, ya que son muchos los dispositivos con los que capturar una imagen, así como los resultados obtenidos. La cámara, una prolongación del ojo humano, «incrementa» las posibilidades de visión. Combinada con el microscopio, permite grabar lo infinitamente pequeño y desvelar mundos inaccesibles a simple vista; en cuanto a la radiografía, penetra tejidos y superficies sólidas para descubrir el interior de las cosas; el telescopio eleva nuestra mirada a lo que está infinitamente lejos; la panorámica y la toma de 360 ° pueden construir imágenes «completas»; los infrarrojos penetran en la oscuridad… Numerosos fotógrafos contemporáneos destacan por apropiarse y modificar métodos antiguos o bien aquellos que se utilizan en otros campos, como el arquitectónico, el médico o incluso el militar.
Recrear mundos
La fotografía, una impronta de la realidad, siempre ha sido valorada como herramienta para representar fielmente lo que está ante nuestros ojos. Sin embargo, para muchos fotógrafos, profesionales o no, es también un medio para deformar esa realidad visible. Sobreimpresiones de dos o más tomas en un único negativo, combinación de varios negativos en la ampliadora, recortes y collages, transformaciones digitales… Existen innumerables técnicas con las que originar un nuevo mundo visual. Y esas experimentaciones permiten construir una imagen que ya no es fiel a lo real, sino que es una especie de puerta hacia otro lugar. Con su gran potencial poético, esas imágenes recompuestas admiten múltiples interpretaciones y son la llave para acceder al imaginario de sus creadores. Por otra parte, a menudo conllevan una crítica política o social, por lo que incluyen elementos tipográficos que refuerzan su mensaje subversivo.
Anatomías
Uno de los motivos favoritos de los fotógrafos «experimentadores» es, por supuesto, el cuerpo humano. Desde los orígenes de la fotografía hasta hoy, el cuerpo se ha concebido como una materia prima flexible, un terreno que admite todas las proyecciones y se presta especialmente a expresar la complejidad de las identidades. La sensualidad corporal puede acentuarse mediante técnicas de impresión directa como el fotograma, en el que la piel toca literalmente el papel fotográfico. Algunos fotógrafos han tratado de reformular los movimientos del cuerpo recurriendo a múltiples dispositivos más o menos ingeniosos. Otros han preferido el fotomontaje, los recortes y los collages para transformar el cuerpo a base de fragmentar y recomponer. Y los hay que recurren a la microfotografía, el primer plano y hasta los rayos X para adentrarse en las anatomías y dotarlas de magia.
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