Descripción de la Exposición La ciudad de Olot, al norte de Gerona, es conocida por su famosa Escuela de paisaje, de espíritu naturalista, y por su producción de imaginería religiosa en uno de cuyos talleres se inició Virgilio. Desde aquí, en 1932, se trasladó a Barcelona para continuar con su formación, donde frecuentó a los vanguardistas y a los cubistas. Son estos años iniciales, de gran interés por el arte, pulsión auténtica y apasionada por la pintura que en un principio, por los tonos de colores desvaídos, mitigados, se encontraba en la órbita del cubismo y del postcubismo más próximo a Juan Gris y a su inventario de objetos para el bodegón que a Picasso. En febrero de 1939, cuando España empezaba a desmoronarse se exilió a Francia, donde entró en contacto con personajes claves en su trayectoria: otros pintores del exilio, el escritor Jaime Sabartés y, sobre todo, Picasso. Con él intercambió retratos y le ayudó a profundizar en la Pintura sugiriéndole algunos caminos con los que su obra fue derivando hacia la abstracción geométrica. Nunca dejó de ser un artista sobrio, sin demasiada filigrana, con aspiración a la esencialidad. Había bebido en las corrientes de vanguardia, y también conocía y había asimilado a artistas como Malevich, Kandinsky y Mondrian. Todos ellos, de algún modo, están presentes en la pintura más intensa de cromatismo de su segunda época, más poderosa en intención y de vigor, de líneas nítidas, simétricas y armoniosas. En sus últimas obras podemos apreciar cómo se han perdido las curvas de antes para no ser más que capas que se dirigen hacia un monocromatismo certero. Virgilio fue un creador enfermo, de escasos recursos, que se asentó en Toulouse, acuciado por la tuberculosis donde falleció a los 33 años.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España