Descripción de la Exposición
Alex Steinweiss, Jim Flora, David Stone Martin, Reid Miles, John Berg, Paula Scheer, Andy Warhol, Rick Griffin, Mouse & Kelley, Neon Park, Peter Corriston, Hipgnosis, Roger Dean, Jamie Reid, Peter Saville, Mark Farrow, Stanley Donwood, The Designers Republic, Banksy, José Bort, Daniel Gil, Jordi Fornas, Iván Zulueta, Máximo Moreno, Juan Gatti, Javier Aramburu.
En 1977, Malcolm McLaren, el inefable manager de los Sex Pistols, al ser interpelado por un crítico musical por la escasa pericia instrumental de la banda a la que representaba respondió ácidamente: “si la gente comprara los discos sólo por la música, este negocio se habría terminado hace mucho tiempo”.
La historia de la música popular demuestra que géneros como el jazz, el blues, el rock and roll, el pop, la psicodelia, el glam, el punk, el soul, la música disco, el hip-hop, el indie pop, la electrónica o cualquiera de los sub-géneros más fugaces desarrollados en los últimos 80 años no son sólo música, sino también imagen; y antes de la popularización del videoclip en canales como MTV o portales de Internet como Youtube, tal imagen tuvo su más perfecta encarnación (aparte de la propia apariencia de los artistas) en las portadas de las fundas de cartón de 7”, 10” y 12” que protegían los discos de vinilo.
La exposición Vinilygráfica intenta trazar una genealogía de las relaciones entre diseño gráfico y música pop, a través de una cuidada selección de más de 200 portadas de discos editados desde 1940 hasta la actualidad, reivindicando la figura -a menudo desconocidade los directores de arte y los diseñadores que se encuentran detrás de los principales sellos discográficos.
El diseño gráfico ha estado unido a la industria musical prácticamente desde sus orígenes, primero en las portadas de los cuadernos de partituras que adquirían los aficionados en el S. XIX y posteriormente en las tapas de los álbumes que protegían los discos de laca de 78 rpm desde principios de S-XX. Dichos discos se comercializaban al principio protegidos por austeras bolsas de papel de estraza sin decoración, hasta la aparición en 1940 de la “portada” de disco tal y como hoy la conocemos con pioneros como Alex Steinweiss, Jim Flora o David Stone Martin, presentes en esta exposición con algunos de sus diseños más emblemáticos Con la aparición en 1948 del disco de vinilo de larga duración a 33 rpm (LP) la superficie de 31,1 cmts de la funda de cartón que lo envuelve se convirtió en un simbólico lienzo en blanco a la espera de ser llenado de significados y en un estimulante campo de experimentación plástica que no ha dejado de sorprendernos ni fascinarnos. Diseñadores de reconocido prestigio entre los profesionales del sector aunque apenas conocidos por el gran público como: Reid Miles, John Berg, Peter Corriston, Paula Scheer, Hipgnosis, Roger Dean, Jamie Reid, Peter Saville, Stanley Donwood, Jordi Fornas, Juan Gatti o Javier Aramburu, han colaborado con una pléyade de fotógrafos, ilustradores y artistas visuales que han dado a luz algunos de los iconos visuales más poderosos de la cultura popular del siglo XX, logrando conectar al comprador de discos con las artes gráficas de una manera más emocional, y en ocasiones más duradera que la propia música grabada en los surcos de los vinilos que protegen.
El diseño gráfico de portadas de disco ha jugado un rol destacado en la construcción de la identidad de los compositores e intérpretes y la transmisión simbólica de los valores socioculturales asociados a cada género musical implantando códigos iconográficos que hoy forman parte del imaginario colectivo; pero además ha contribuido a familiarizar a los amantes de la música con las tendencias artísticas más vanguardistas de cada época. En la década de los 50 y 60 del siglo XX esto se lograba mediante audaces diálogos entre ilustración, tipografía e imagen fotográfica, que en los años 70 dieron paso a la experimentación con materiales y formatos generando una interminable galería de carpetas desplegables, troquelados, adhesivos, recortables y todo tipo de “gadgets” que además han funcionado como efectivos reclamos de marketing, pues las ventas crecieron espectacularmente.
El diseño gráfico musical sufrió su primera gran mutación con el advenimiento del punk y la reducción de presupuestos a finales de los setenta y una profunda reconversión en los formatos de packaging con la implantación del compact disc y la popularización del videoclip en la década de los 80. Con cada innovación tecnológica el diseño gráfico se ha replanteado sus funciones pero luego se ha reinventado demostrando una proteica capacidad de adaptación a cada nuevo ecosistema audiovisual.
Sin embargo, la historia parece haber terminado dando la razón a McLaren pues en la era de las descargas digitales y las redes sociales la música ha dejado de consumirse y promocionarse sobre soportes físicos, abocando a la industria discográfica a una crisis de la que aún no ha logrado recuperarse. Y aunque para las nuevas generaciones las tiendas de discos son en el mejor de los casos algo exótico y en el peor un difuso recuerdo del pasado, en la segunda década del siglo XXI estamos asistiendo a la sorprendente resurrección del vinilo en círculos elitistas de consumidores situados en un extraño nicho repartido entre los cazadores de tendencias y los nostálgicos de la era analógica; unos y otros parecen recordarnos que el futuro del diseño gráfico musical aún está por escribir.
Javier Panera
Exposición. 06 feb de 2018 - 28 feb de 2018 / Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa / Madrid, España
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Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España