La artista encuentra inspiración en los pensamientos del director polaco Krzystof Kieslowski y ve que su arte tiene mucho en común ya que ninguno de los dos se vale de un lenguaje sencillo. Lo más importante se escapa a nuestra visión y no siempre existe una manera de ilustrarlo.

Schafhauser piensa que la vida es como un rompecabezas, compuesto de muchas partes individuales que conforman una entidad. Su obra trata de estas piezas aleatorias que conforman la vida. El espectador completa con su imaginación la historia que la obra inspira sin conocer su comienzo ni su conclusión. ¿Qué ocurriría si se desplazara una pieza de la misma, se eliminara o se cambia por otra?

Schafhauser centra su obra en las diferentes formas de comunicación no verbal, siendo la lengua de signos muy familiar ... para ella. Ha impartido clases de arte a través de este lenguaje compartiendo muchos momentos con personas que se valen de esta lengua para comunicarse.