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La exposición cuenta con las misteriosas fotografías de Arturo Aguiar, la violencia latente de los dibujos y pinturas de Nicanor Araoz, los espacios emocionales en las fotografías de Florian Beckers, los objetos y las fotografías híbridas de Muu Blanco, de las poéticas relaciones entre los espacios interiores y exteriores de Cristina Calderón y J. Paulete, el límite ficticio de las imágenes creíbles de Juan Erlich, los espacios inquietantes de las fotos de Marta Espinach, las experiencias vitales fotográficas de Roger Guaus, las emocionales líneas y manchas de color de Ruth Morán, la ambigüedad entre realidad y ficción de las pinturas de Anna Olivella, los estados anímicos de las fotos de Gisela Ràfols, los espacios oprimidos de ... Florence Vaisberg y JuanBeccarVarela, las reconstrucciones del cuerpo en las tintas sobre papel de Eulàlia Valldosera o las creaciones y deconstrucciones de las fotos de Soraya Vasconcelos.

ARTURO AGUIAR, San Juan, Argentina. 1963.

La obra de Arturo Aguiar propone un intento de evadir los usos más comunes de la fotografía, para establecer una fuerte aproximación a una forma de crear imágenes más cercana al campo de la pintura, utilizando recursos técnicos que le permiten iluminar por sectores lo que fotografía. Su intervención es directa, con una fuente de luz que ilumina pequeñas zonas y mantiene en penumbra lo que desea. Es con esa actitud de intervención gestual, pintando con la luz, que se desplaza de las propuestas más transitadas por la fotografía.

El denso misterio que emerge de la particular distribución de luces y sombras induce a comparar sus imágenes con las de la pintura barroca. Paradójicamente, el medio que utiliza, la fotografía, es una herramienta propia de la modernidad y la actitud experimental del autor se vincula con la libertad provocadora heredada de las vanguardias artísticas de comienzos del siglo XX. Juan Travnik

NICANOR ARAOZ, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 1981

A partir de técnicas diversas como la taxidermia, la pintura, el dibujo o la instalación, las obras de Nicanor Araoz nos acercan al mundo de la infancia, a los conflictos internos, a las relaciones amorosas, con una visión cruda donde la violencia permanece en estado latente y que a menudo no queremos ver.

FLORIAN BECKERS, Dusseldorf, Alemania. 1971

Mi trabajo se basa en imágenes fotográficas que emergen de la oscuridad y desaparecen en ella otra vez.

Como encadenamientos de la asociación, las fotografías se conectan juntas. Hay una extensión de las escenas de la vida, escenas de la noche, espacios emocionales. Tienen con frecuencia un carácter narrativo, pero barrado de espacial, de temporal y, en lo que concierne al contenido, continuidad. No se da ninguna legibilidad en un sentido cronológico. Algo aparece en las roturas que evoca preguntas y exige la reacción en la cara del observador. F.B.

MUU BLANCO, Caracas, Venezuela. 1966.

Esta obra en proceso desde el 2001 es un juego abiertamente artificial, estas piezas fotográficas y también escultóricas son objetos absurdamente híbridos, llenos de humor, un humor a veces tan ambiguo como las esculturas que les dan forma, reproducciones de animales y personas, materiales industriales, cabello humano, telas, cables y partes de equipos electrónicos son los principales materiales utilizados para estas piezas las cuales las hace familiares a simple vista de esta serie de humanoides y animaloides sin éxito funcional.

La asociación libre de imágenes que está en el origen de estos objetos remite inmediatamente a las tradiciones surrealistas, es una cita, una voluntad clara de vinculación histórica, una de las formas más comunes de descodificación de la obra de arte. Esta obra busca generar una vinculación con los pensamientos individuales de cada espectador y es él quien genera el sentido o apertura de las obras hacia otros lugares de la comprensión individual.

CRISTINA CALDERÓN, Barcelona, 1972, en colaboración con J. PAULETE, Madrid, 1964.

La obra representa un momento del habitar de una sala. La ocupación de un espacio que temporalmente toma una forma circunstancial. La arquitectura funciona como forma estable y soporte de los elementos que accidentalmente ocupan el espacio y que configuran el contenido significativo de la escena.

El tiempo transcurre de formas paralelas. Si en el interior éste se ha detenido, en el exterior de la sala, visible desde las ventanas, una secuencia de vídeo explica un pequeño suceso a otra velocidad, a través del movimiento real de la película.

JUAN ERLICH, Buenos Aires, Argentina 1975

Mi proyecto se basa en la construcción fotográfica de animales, reales o ficticios, actuales o extinguidos, Mostrarlos en vida, en ambientes naturales, desvaneciendo el límite entre lo real y lo posible, y traerlos a este mundo cuya insensatez tiene en peligro a muchas especies incluyendo la nuestra. Para esto tomo fotografías de animales y las digitalizo hasta dar con una apariencia que considere creíble. Por otra parte pero de igual manera trabajo con los paisajes.

MARTA ESPINACH, Gelida, Barcelona, 1967

Con tres series –de dibujos y fotografías en color- Marta Espinach se aproxima a los espacios y situaciones de tránsito. Desde las casas deshabitadas a los espacios inhabitables, pasando por los espacios provisionales que son las salas de espera, la artista reflexiona sobre el lugar y el no-lugar, la identidad de unos personajes inmersos en formas de espacios escurridizos, que transitan constantemente como si de una invisible cuerda floja se tratase. Todo esto se traduce en una colección de imágenes de estancias que recrean ambientes inquietantes, por lúgubres y abandonados algunas veces, por oscuros y bañados con luces irreales, otras.

Interiores que nos hablan de sus habitantes y de aquellos que momentáneamente los atraviesan, de la relación que todos establecemos con estos lugares y que interrogan y nos interrogan sobre el nomadismo de la existencia.

ROGER GUAUS, Barcelona, 1972.

Roger Guaus vive la fotografía como una necesidad permanente a la que se siente completamente atado. Sus imágenes se basan en sus encuentros y experiencias y hablan de aquellos momentos que el autor vive en primera persona, momentos que forman parte de él y que de alguna manera le pertenecen.

El conjunto de su trabajo contiene tanto ingredientes narrativos como descriptivos que permiten que el espectador realice una interpretación totalmente abierta de su obra: éste podrá verse reflejado en las imágenes a partir de sus propias experiencias, dando su sentido particular a lo que ve y sintiéndose libre para utilizar las situaciones y personajes para crear su propia historia.

RUTH MORAN, Badajoz, 1976

Una elaboradísima trama de líneas y trazos y manchas de color que a la manera de un palimpsesto asume y subraya las sucesivas huellas del proceso de creación. Estamos, sin duda, ante la obra de una pintora de la acción que opera sobre la superficie con un dominio prodigioso de la emoción. No es, contra lo que pudiera parecer, un trabajo meramente gestual. Es más bien la búsqueda de un orden deliberado y azaroso a la vez. Un éxtasis de líneas que en sus cruces producen mínimos espacios de luces y sombras y donde el color se destila en fino alambique.

ANNA OLIVELLA, Vilafranca del Penedès, Barcelona 1969

A veces los animales terminan siendo naturalezas muertas. Estos podrían ser animales fotografiados en su hábitat natural, pero en realidad la taxidermia los ha conservado en dioramas decorados minuciosamente..

Pintados en blanco y negro y con una capa de cera, se crea el juego de la ambigüedad entre realidad y ficción.

No son fotos: son pinturas de unos animales que no están vivos sino disecados y expuestos en los Museos de Historia Natural.

GISELA RÀFOLS, Vilafranca del Penedès, Barcelona 1984

En las imágenes fotográficas que forman esta serie pretendo representar diferentes estados anímicos del ser humano.

En las fotografías destaca el predominio del negro, fondo y a la vez contorno del núcleo de la imagen, representación de la parte desconocida de nosotros mismos, nuestro yo más oculto. En todas ellas una parte del cuerpo, - la cabeza, los brazos o las piernas -, está ausente, y provoca la impotencia delante de determinadas situaciones. Así muestro las posibles reacciones de la persona, que pueden ir desde la agresividad hasta la resignación.

Los cuerpos están desnudos, para mostrar la parte interior del individuo y así evitar que el vestuario o los complementos puedan condicionar a la hora de pensar en un tipo u otro de persona. Estos cuerpos no están localizados en ningún escenario concreto, ya que es el hombre en esencia el que interesa, y lo que lo envuelve es el vacío.

FLORENCE VAISBERG, Buenos Aires, Argentina. (capital Federal), 1979 –JuanBeccarVarela, Buenos Aires, Argentina. 1974.

A partir de un entorno real aparecen en primer plano unas casitas de glicerina de diferentes colores en las que sus habitantes realizan acciones diferentes. Más allá de un juego entre realidad y ficción, la obra nos muestra la opresión del medio en que vivimos.

EULÀLIA VALLDOSERA, Vilafranca del Penedès, Barcelona. 1963.

Estas tintas sobre papel forman parte de "El Melic del món" (1990) y la mayoría fueron expuestos en el centro de La Tabacalera de Donostia el año 2005 en la colectiva "El espacio recuperado". Son estudios preparatorios de la que es una de las series más emblemáticas de la artista

SORAYA VASCONCELOS, Paris, Francia. 1977.

Construyo maquetas de territorios hechos de materia orgánica y materiales inorgánicos: tintas, pigmentos, barnices, cera, yeso…Hay un proceso de construcción, y después un proceso de deconstrución. Comienzo a destruir, a abrir agujeros, a buscar lo que está por debajo. Taladro, rasgo, quemo hasta que no sobra nada, excepto las marcas de aquello que pasó antes – restos de tinta y barniz, y tierra, y moho, y las inscripciones de los instrumentos utilizados. Durante todo este proceso, fotografío. Las imágenes que resultan remiten a la pintura: imágenes provenientes de esta mezcla de memoria, podredumbre y gesto.