Descripción de la Exposición
Basta un instante para que en el aire henchido de perfume a pinos, un tenue rayo de sol avive el rostro del ángel esperanzado que se torna al cielo. Las plumas temblorosas de sus alas, sin los vivos colores de los ángeles músicos florentinos, se arquean para cobijar su meditar y su plegaria, o se estiran cuando otean el momento en que se desgarrarán las nubes. Por encima de las arquitecturas del cementerio de San Jerónimo, con sus sacras primaveras insertas en rejas y ornamentos, estas esperas silenciosas de los ángeles se traducen en actitudes de aéreo impulso o reposada quietud expectante, y presentimos en cada vigía que él detiene el secreto para que esta vida cuyo abandono custodian, vuelva a eclosionar eternamente.
Uno pequeñito susurra el Pater Noster en una sutil vibración de la tela de araña que lo vela, mientras aquel otro se aferra ensimismado a su corona de flores, e intuimos que en los altos cipreses que lo envuelven mora una promesa de alcanzar la paz eterna. Unos y otros, píos, serenos o triunfantes, preparan la ofrenda de un alma en tránsito a las celestes esferas, florecen sus tumbas, surgen surcando prados, o apartan los bordados drapeados que cubren los catafalcos. Todas las jerarquías de estos vigías descendidos del Paraíso, al abandonar sus ordenados coros áureos, se humanizan para velar por que el dolor de la muerte sea menor, dado que nos prometen tapizar de mil flores el camino.
Lo promete el ángel que hacia el cielo señala una vía, por un instante sedente en diálogo con los que lloran un amor truncado, el otro anuncia el momento de la ascensión con su trompeta, emergiendo de entre evangélicas palmas. Hasta cardos y girasoles confluyen en abigarrado resumen de vida en los sepulcros, pero los ángeles no son barqueros sino evanescentes emisarios, guardianes del momento de trascendencia, presencias magníficas.
Esa corporeidad de otro orden, la de los serafines de otro reino, cobran una realidad aureolada de luz en las bellas capturas de instantes de María Eugenia Castillo y Miguel Cabrera. Revelan que en esta ciudad de muertos, los Vigías del Dante, como él viajeros a otros círculos, aportan al ambiente de lo perceptible una cohorte de seres que suspenden el tiempo, y nos hacen recordar que se inclinan sobre los que nos precedieron. En esa dimensión reside el hallazgo de sorprenderlos en tan espiritual cercanía, mirándonos desde el umbral privilegiado entre la historia y nuestro propio devenir.
Julio Rebaque de Caboteau
Vigías del Dante
Vigías del Dante.Exposición Fotográfica. colección completa
Coco Cabrera
Cripta Jesuítica Museo de Sitio
La Cripta, museo de sitio
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España