Entre el sigo VIII y IX se produjo un debate entre iconódulos e iconoclastas que decidiría el camino que habría de tomar el arte de occidente.
La contienda orbitaba alrededor de si una imagen puede ser un vehículo hacia lo divino, como argumentaba San Juan Damasceno, o si por el contrario el enorme potencial erótico de las imágenes las convierte objetos de adoración, ídolos que nos seducen y desvían de la mirada de Dios.
El Segundo Concilio de Nicea puso fin a esta pugna y a esta victoria definitiva contra el puritanismo iconoclasta le debemos una historia del arte plagada de imágenes y también una abundancia de motivos religiosos, pasajes bíblicos, representaciones de santos, etc.
La exposición Vida y Milagros de Vítor Mejuto explora y completa esta veta tan rica en contenido que el artista destila mediante su propia gramática y poética visual.
“He encontrado en la Biblia una gran riqueza visual. Como un...gran libro de aventuras. He pintado pasajes, milagros y parábolas. Investigando un poco me he dado cuenta de que algunas de estas narraciones se han convertido en un tema recurrente para muchos pintores de todas las épocas. En cambio otras no han sido casi ilustradas. Mi intención es corregir alguna de estas zonas sombrías y completar humildemente esta comprensión ilustrada de la Biblia, llena de imágenes didácticas, moralizantes y en muchos casos aterradoras.”
Afirma Mejuto que hay dos parábolas que le han acompañado a lo largo de su vida, La otra mejilla y La parábola de los talentos. Ambas son una apelación al coraje y al valor. La primera invita a defender la propia postura sin humillarte ni agredir al prójimo (una estrategia que como demostró Ghandi puede encerrar un enorme poder transformador), la segunda convoca a la acción, a no tener miedo de sembrar lo que uno tiene, por muy humilde que sea.
Jacobo Fitz-James Stuart
Entrada actualizada el el 17 abr de 2024
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