Descripción de la Exposición
MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León presenta una exposición retrospectiva dedicada al artista de origen alemán Wolf Vostell (Leverkusen, 1932 - Berlín, 1998), uno de los exponentes del arte europeo de posguerra, co-fundador del movimiento Fluxus y creador del término Dé-coll/age, vinculado con España y en particular con Extremadura, donde fundó su museo en Malpartida en 1976.
Al cumplirse 20 años de su muerte y 40 años de la importante exposición 'Bilder 1959- 1974' en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, esta muestra, titulada 'VIDA = ARTE = VIDA', revisa la trayectoria del artista desde los años 50 hasta 1998 a través de 31 de sus obras más emblemáticas entre instalaciones, pinturas, esculturas y películas, así como una selección de su rico archivo de documentación relacionada con sus proyectos más relevantes, que podrá verse por vez primera en esta muestra. Con motivo de la exposición, el 23 de febrero se representará asimismo la ópera Fluxus 'El jardín de las delicias', que se ejecutó por primera vez en 1982 en el marco del Festival 'pro musica nova' en Bremen (Alemania).
La muestra 'VIDA = ARTE = VIDA' atiende a los conceptos clave sobre los que Vostell trabajó toda su carrera: la exploración de los límites del arte, las relaciones entre arte y vida, así como la documentación emocional e intelectual de los cambios y conflictos políticos y sociales de la época a través de estrategias artísticas entonces innovadoras como la serialidad, el happening, el dé-coll/age o el uso de la innovaciones tecnológicas como el vídeo.
En relación con ello, el artista afirmó: "el arte es igual a la vida, la vida es igual al arte", frase con la que muestra sus principios basados en una confrontación estética con los eventos cotidianos. Esto significa que para producir su obra de arte utiliza de forma personal el contexto social, combinado con eventos de la vida. La exposición 'VIDA = ARTE = VIDA' responde a este principio programático de la carrera de Vostell a través obras procedentes tanto del Museo Vostell Malpartida como de la Colección Fluxus Gino di Maggio, de colecciones de museos como el Reina Sofía o de prestadores privados, algunas de las cuales se exponen por vez primera en esta muestra
SOBRE LA TRAYECTORIA DE WOLF VOSTELL
Nacido en Alemania y formado como artista en ese mismo país y en Francia, Wolf Vostell mantuvo desde finales de los años 50 una fuerte vinculación con España, donde fundó el Museo Vostell Malpartida en 1976, con una amplia repercusión en una España deficitaria en arte contemporáneo. Fue asimismo un artista con influencia internacional, creador en 1954 del término Dé-coll/age, con el que se designa la técnica opuesta al collage, es decir, la creación de una nueva obra arrancando o rasgando partes de la original.
Es considerado introductor en Europa del happening -en 1958 en París- y cofundador junto a Nam June Paik y George Maciunas del movimiento Fluxus, en el que participó activamente haciendo patente una crítica de la fetichización de la televisión y la cultura del consumo.
Desde 1954, el dé-coll/age se convierte en principio crítico y creativo de su producción artística, y lo aplica, en origen, sobre carteles urbanos desgarrados que son borrados o quemados por el artista, dentro de una concepción procesual y fenomenológica. En 1958 produjo sus primeros décollages con televisores y piezas de automóviles, convirtiendo a la omnipresencia de estos objetos en la vida cotidiana en uno de los temas principales de su obra. El mismo año integró un televisor en la obra Transmigración. Sus décollages, por su tanto, no se limitan a deformar, aislar y sobre-pintar objetos, sino que se extienden al espacio electrónico: integra televisores en su trabajo, a veces ajustando sus receptores para que las imágenes mostradas en sus pantallas estén sujetos a interferencia, a menudo encerrándolos en hormigón.
Desde entonces, continuó experimentando con collages, imágenes borrosas extraídas de la iconoesfera, happenings, dibujos, vídeos y muchos otros medios artísticos. Las propuestas de Vostell se enfrentan a la anestesia y la indiferencia de la sociedad y generan un discurso emocional e intelectual sobre muchos temas del panorama cultural y político internacional. Su trabajo ha criticado directamente el sistema político, los desastres de la guerra, la codicia del capitalismo tardío, la opresión de las ideologías hegemónicas o el consumismo, la influencia de los medios de comunicación, la representación de la sexualidad o el tabú y el tratamiento que reciben grupos marginados en nuestra sociedad caracterizada por la manipulación mediática, la sobreexcitación del consumo o la homogeneización del gusto cultural. Por ello, su obra sobrepasa las esferas convencionales del arte y llega hasta el espacio público y la vida en general.
Su inquebrantable confianza en el papel del artista como provocador y su capacidad para el diagnóstico certero ha hecho del arte de Vostell una propuesta tan incómoda a veces como convincente otras. De hecho, es esta tensión entre decir lo indecible presente en la base de su obra y este profundizar en la sintaxis de las acciones, las películas o las instalaciones lo que hace que el trabajo sea tan seductor. Sus propuestas son a veces estridentes y críticas, a menudo con un aire de atrevimiento, especialmente cuando toca los nervios de la psique más convencional o, en su papel como agitador cultural, pone en entredicho las estrictas presunciones curatoriales o académicas.
Vostell en cierta manera nos obliga a considerar la cuestión de qué esperamos de un artista hoy. Sus propias obras de arte nos dan una respuesta: un trabajo introspectivo, provocativo, ingenioso, incómodo y hasta desagradable que aspira a un nivel de placer estético, pero también un trabajo inolvidable que deja una sensación de inquietud, perturbando nuestra visión del mundo cuando hoy, incluso pareciendo bastante aceptada, la disidencia se ha vuelto cada vez más inaceptable.
Sobre VIDA = ARTE = VIDA
A excepción de las exposiciones temáticas que significativamente han realizado el Museo Vostell Malpartida y el Gobierno de Extremadura, la última gran exposición dedicada a Wolf Vostell en una institución pública de nuestro país tuvo lugar hace ahora 40 años, en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. Con la muestra 'VIDA = ARTE = VIDA", el MUSAC pretende cubrir esta laguna de casi medio siglo para dar a conocer una obra que ha inspirado a generaciones de creadores e historiadores.
La exposición está organizada cronológicamente, con el objetivo de ofrecer una visión exhaustiva de toda su trayectoria. El recorrido comienza con una de sus obras capitales, Transmigración III (1958), en la que por primera vez incorporó un televisor en sus trabajos; y continúa con algunas de sus conocidas propuestas de Dé-coll/age, tales como Orero 8 (1961), proveniente del Museo Patio Herrariano, la gran instalación 6 TV Dé- Coll/age (1963), prestada por el MNCARS; Energía (1973), prestada por el MVM o Sinfonía para 40 aspiradores (1976), prestada por la familia del artista.
También están presentes algunas obras de sus series o ciclos más conocidos como El muerto que tiene sed (1978), el ciclo España (1985-86) o El entierro de la sardina (1985- 86), junto a cuadros escasamente exhibidos por sus grandes dimensiones como La caída del muro de Berlín (1990) o 9 de noviembre (1989). En uno de los patios del museo puede verse la obra 130 Km/h (1963), que presenta el vehículo original que fue arrollado por una locomotora en el marco de una de la acciones del happening Nein-9-dé-coll/agen (1963).
Todas estas obras y series se completarán con vídeos resultantes de las acciones y con amplia documentación proveniente del Archivo Vostell.
Además, esta exposición presenta por primera vez el archivo Vostell en su totalidad, a través del que podemos acceder a propuestas como hormigonamientos o esculturas para el espacio público tales como las cinco esculturas de Los toros de hormigón, la escultura VOAEX (Viaje de (H)ormigón por la Alta Extremadura (1976) o la gran pieza de 16 metros de altura titulada ¿Por qué el proceso entre Pilatos y Jesús duró sólo dos minutos? (1997), conformada por el fuselaje de un avión ruso Mig-21, dos automóviles, monitores de ordenador y tres pianos.
Para completar las diferentes facetas del prolífico artista, la muestra presenta proyectos de escultura como la serie Icaro y Tanit (1992-1993), serigrafías, carteles, intervenciones en publicaciones, inserciones en medios de comunicación, intervenciones en el paisaje natural y urbano, propuestas musicales, etc. Además, se mostrará las partituras y documentación del concierto fluxus El jardín de las delicias (1982), cuyo acto final será presentado en el hall del museo el 23 de febrero.
Con esta extensa exposición se pretende dar a conocer la obra de un artista fundamental para entender las propuestas más arriesgadas e innovadoras de los años sesenta que suponen los fundamentos de muchas de las prácticas del arte actual. Con ello se consigue ofrecer una imagen de la vigencia del trabajo del artista y sus preocupaciones sobre la sociedad de consumo, la violencia, la guerra, la represión de todo tipo o los excesos políticos, relacionan su obra de una manera directa con la vida.
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