Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La presente exposición es una conmemoración centrada en los principales aspectos y los detalles secundarios de la obra de Victoria Civera que, a través de cerca de un centenar de obras entre objetos, de grande y pequeña escala, dibujos y pinturas, traza un recorrido desde sus primeras piezas neoyorquinas de los años noventa hasta su ciclo último de pinturas figurativas de gran formato, pasando por piezas de formato menor o diminuto en las que Victoria Civera ha 'inventado' un mundo de signos, símbolos y representaciones que constituyen uno de los modos más exquisitos y radicales del arte internacional para constituir un discurso de mujer en la sociedad occidental. Un tono brillante, alegre, efusivo, locuaz, pero, al mismo tiempo, controlado por una sintaxis poética que desvela el complejo y contradictorio universo de la artista, un universo, un espacio y un lugar particulares, en el sentido de que es orgánico y vivo, con interacciones, ecos, seducciones y tensiones. Victoria Civera propone en la exposición un paisaje del yo, que en cierto modo, es el resumen de su vida. El catálogo publicado con motivo de la exposición reproduce las obras e instalaciones expuestas y reúne textos sobre Victoria Civera de Kevin Power Jan Avgikos, Consuelo Císcar, Mariano Navarro y Rosa Olivares. Victoria Civera estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y se trasladó a Santander, a fines de los setenta, donde comenzaría a experimentar con la pintura figurativa y con propuestas cercanas al action painting y a la pintura neoexpresionista en obras de gran formato,. Su participación en relevantes exposiciones colectivas la hacen ser conocida en los ambientes artísticos españoles desde la década de los ochenta. A mediados de la década trasladó su residencia a Nueva York y en su producción alternó la pintura con la fotografía, el fotomontaje y la instalación. Tras instalar su taller en Brooklyn, poco después de llegar a Nueva York, explora tanto la ligereza de la pincelada como el potencial lírico de los nuevos materiales, dejando el rastro mínimo y la presencia poética de lo efímero, la huella de lo que no se puede mantener, ligeras caricias, eufemismos, palabras dulces y una escucha afinada al yo. Obras que acercan el máximo posible a su peculiar sensibilidad en las que encuentra un nuevo uso a lo abandonado, y saca a la luz lo que subyace en él. Piezas que están infundidas de la fragilidad de la vida, la experiencia, el amor, la confianza. Este cambio sustancial que refleja su obra se observa en formas antropométricas, orgánicas que fueron progresivamente dejando su lugar a otras más vacías y etéreas. Sin perder cierto carácter animista y alusivo, algunas de sus obras incorporaron materiales ajenos a la pintura, como cuero cosido, plástico, papel goma, poliéster, vinilos, pinturas industriales, yeso, algodón, lino, seda, tejidos sintéticos, formica, entre otros. La mayor parte de la producción objetual de Victoria Civera la configuran obras de pequeño y mediano tamaño, pero también con una producción numéricamente menor, pero no de más baja intensidad ni compromiso, realiza instalaciones y piezas-escultura de gran tamaño, entre las más impactantes Gallinero, 1995, que formó parte de la exposición, Cocido y Crudo, comisariada por Dan Cameron en el MNCARS Con el cambio de siglo, la pintura de Victoria Civera experimentó una evolución que ha proseguido en el transcurso de última década, no sólo en el espectacular cambio, de los pequeños formatos a algunos de los mayores que nunca ha empleado, además de algún mural. Sin embargo, no ha dejado de frecuentar ni el pequeño formato, en el que ha sigue produciendo algunas de sus mejores obras y desde el que ha regresado a algunos de los modelos y motivos de los años ochenta, como en las piezas que integran la serie Pecadillos familiares, de 2010; también ha recuperado su voluntad escenográfica y constructiva de lugares propicios a la emoción Entre los galardones que ha recibido por sus creaciones, destacan la Beca 'Alfons Roig', de la Diputación de Valencia, que se le concedió en 1983 y el Premio 'Ojo Crítico' a las Artes Plásticas de 1993. Su obra se ha expuesto en numerosas galerías y museos españoles y de Inglaterra, Francia, Bélgica, Italia, Brasil y Estados Unidos y forma parte de colecciones de museos y fundaciones españolas como ARTIUM de Vitoria, Caja Burgos, Colección Banco de España, Col.lecció Testimoni de la 'Caixa', IVAM, MACBA. MNCARS, Museo Patio Herreriano de Valladolid, Caja Madrid y CAC de Málaga.
La exposición, que reúne un centenar de obras entre objetos, dibujos y pinturas, traza un recorrido por la trayectoria de la artista desde las primeras piezas neoyorquinas de los años noventa, hasta sus últimas creaciones: pinturas figurativas de gran formato, y obras de tamaño menor o diminuto en las que Victoria Civera recrea un mundo de signos, símbolos y representaciones. Sueños Inclinados presenta un tono brillante, alegre, efusivo, locuaz, pero, al mismo tiempo, controlado por una sintaxis poética que desvela el complejo y contradictorio universo de la artista, un universo, un espacio y un lugar particulares, en el sentido de que es orgánico y vivo, con interacciones, ecos, seducciones y tensiones. Victoria Civera propone en la exposición un paisaje del yo, que en cierto modo, es el resumen de su vida.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España