Estas obras de Lisetta Ferrari están fuertemente ligadas a la memoria - memoria de espacios "anticos", muros atravesados por el tiempo, que en ella se recrean a través de capas traslúcidas de veladuras, sobre texturas de estucos - junto a la emoción que sugiere la abstracción de lo despojado, dando así una emotiva profundidad espiritual a su obra.
Lisetta pinta desde el sentimiento, sin escuela ni referente. Parte de estas obras guardan una asociación estético por afinidad visual, conceptual y filosófico, Wabi Sabi, así rindió culto al paso del tiempo, respetando la acumulación azarosa de veladuras, conservando cicatrices que conviven con otros trazos nuevos y redescubriendo el valor de lo vivido a través de colores orgánicos y antiguos; rescatando la memoria intangible de la materia y su historia o paso por el tiempo. Tales conceptos, nacidos hace siglos, que toman como valor, el paso del devenir y la aceptación de lo...impermanente e incompleto, la belleza que guarda la imperfección nacida de la comprensión de nuestra humanidad, que le da características a nuestra identidad y finalmente a nuestras obras.
El Arte cuenta con la fuerza de movilizar el alma, aunque esta se esconda entre capas de pinturas.
Entrada actualizada el el 02 nov de 2017
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