Descripción de la Exposición
En la obra de José Luis Ochoa el material adquiere importancia como vehículo para las ideas y activador de las experiencias. La materia es el protagonista de una investigación en torno a algunas de las contradicciones más ineludibles del ser humano, como lo absurdo y lo sublime, la presencia y la ausencia, la luz y la oscuridad. Las pinturas que conforman este proyecto tienen su propia luz interna, mostrando paisajes de una corporeidad múltiple que constituyen campos de energía complejos, y que se revelan como una actividad de cambio, de desorientación y desplazamiento, de violenta discontinuidad y mutabilidad.
José Luis Ochoa (Santander, 1974) es artista y Doctor por la Universidad del País Vasco en Investigación en Arte Contemporáneo. Vinculado a Espacio Alexandra donde expone con regularidad desde 2009, ha mostrado su obra en ferias como Artesantander o Art Basel, y su obra forma parte de colecciones como MAS y Juntas Generales de Vizcaya, entre otras. Entre sus proyectos recientes destacan la individual «Aura» en la Biblioteca Central de Santander (2021) y la colectiva «Poéticas del inconsciente» dentro del Programa de Comisariado, Gobierno de Cantabria (2022).
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La idea de una naturaleza romantizada como un escenario neutral se ha perdido. De hecho, hay una belleza muy particular en la visión de la misma reclamando lo que es suyo en un futuro no muy lejano. Ya no se la puede leer únicamente como un recurso donde se desarrolla la actividad humana. Este concepto debe ser reemplazado por una reflexión más amplia y compleja, reconfigurando el pensamiento que va más allá de los límites entre la estética, la ética y la política.
La idea de paisaje después de un colapso y la posible contemplación de lo que puede venir más tarde, se hace desde la pasividad de la impotencia, desde la calma del suceso, y la admiración por las fuerzas de lo desconocido. Frialdad, soledad, transformación del lugar. Esta relación, la de lo humano y la naturaleza, puede ser contemplada desde muchos puntos de vista. Es la posibilidad de plantear perspectivas conflictivas y extrañas, que, sin embargo, están encontrando su espacio dentro del pensamiento contemporáneo. El lugar, su aura y su atmosfera. La imposibilidad de comprender íntegramente, la indescifrabilidad del espacio, el temor y lo espeluznante.
Estos conceptos están asociados siempre a cierto suspenso o misterio, en la medida en que provocan preguntas por un agente que no está allí, cuyos propósitos y naturaleza desconocemos. Suelen adherirse a ciertos espacios o paisajes, y una de sus características es la de estar desprovistos de presencia humana. Incluso parecer una teoría de ciencia ficción. Pero gracias a la ciencia ficción podemos conocer cosas. No importa cuánto reconozcamos el valor de esta en la construcción de nuestro imaginario del futuro o su potencial para decir del presente todo aquello que la supuesta conciencia realista no pueda expresar, ya que su influencia está ahí.
Y ahí es donde el artista puede entenderse como un receptor, un hermeneuta de una verdad que lo llama constantemente a reformular el mundo. Esto es lo que propone José Luis Ochoa en su última exposición Vanishing lands. Obras que tienen su propia luz interna, paisajes de una corporeidad múltiple, que constituyen campos de energía complejos, que se revelan como una actividad de cambio, de desorientación y desplazamiento, de violenta discontinuidad y mutabilidad. Juega con imágenes fantasmas, que pierden su nitidez. una experiencia radical que cuestiona la existencia humana. La recepción de la experiencia estética a partir de la recepción de lo inefable.
Las pinturas que conforman este proyecto muestran espacios de colores fríos que evocan una naturaleza difuminada, árboles, cascadas, cielos, laderas que se pierden en atmósferas oxidadas. No hay rastro de la figura humana, tan solo soledad. Ochoa continua con sus investigaciones plásticas en torno a la materia con la combinación de diferentes materiales que el propio artista ha recogido por diferentes viajes a algunos de los lugares más septentrionales del planeta. Sustancias como la sal, la lava, el hierro, etc. generando estratos y oxidaciones de variadas texturas y sensaciones.
En lugar de mirar al pasado, Ochoa quiere rescatar un futuro que no conoceremos. El arte no brinda la respuesta completa, pero nos ayuda a descifrar. El artista no trabaja como científico sino como investigador que busca crear nuevas narrativas en torno a lo que está sucediendo y puede suceder. Necesitamos saber cómo superar esta amenaza de tiempo, cómo llevar a cabo el duelo por un mundo que posiblemente nunca fue nuestro totalmente y cómo sobrellevar un futuro más o menos próximo, donde asegurarnos de que el planeta no implosione completamente.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España