Descripción de la Exposición
La urbe palpita a cada paso y su espíritu se regocija en cada uno de sus moradores, y estos, a su vez, la hacen única y verdadera. La ciudad es proyección de sus anhelos. El color de su piel es equiparable a su timbre y su ritmo reflejo de su arquitectura. Urbana sensación es una metáfora con la que Armando Montoya nos presenta su ciudad ampliada; una que recorre con ojos y oídos inquietos para develar partes inusitadas de su misterio.
Rejas azul celeste dibujan en su cresta la línea del cielo cortada por las montañas. El padre Amaya, Boquerón y El Picacho, que son algunos de los hitos que sitúan la geografía del Valle de Aburrá; son citas que Montoya remarca como señal poética del ser que se hace ciudad al caminarla, al vivirla. La línea de montañas, que parece el movimiento bursátil de la economía informal, asoma coronada con naranjas maduras, frutas artificiales brillantes que contrastan con el frío metal de El Cerramiento. Adentro, un gallinero con gallos gigantes recuerda las porcelanas chinas adoptadas por el pueblo paisa que, al reconocer su herencia campesina, decoran el interior de sus domicilios. Al fondo de la jaula paquetes amarrados, sellados, apretados, confinados a una forma arbitraria contienen el vacío de la vanidad que como plaga cobija la ciudad con plásticos y colores estridentes, llegados del otro lado del pacífico. San Andresito parece que es chino, no caribe.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España