Descripción de la Exposición
Un tractor capaz de arar el mundo materializa una reflexión sobre la condición humana en el contexto de una naturaleza poblada por depredadores y presas. Helí García realiza un paralelismo entre la industrialización y la guerra, cuestionando su servicio a causas cambiantes, así como la trascendencia de los asuntos humanos en el mundo. La idea original se inspiró en el poemario El hombre acecha, de Miguel Hernández.
El artista llega al concepto de camuflaje a través de la idea recurrente de la creación como acto simbólico y del artificio, entendido como opuesto y sustituto de lo natural. Encuentra muy sugerente la acción de cortar ramas y arbustos para forrar un individuo o una máquina. Aquí, la destrucción de la naturaleza tiene como finalidad la integración en ella; y esa mímesis conecta con la idea sobre la que a menudo reflexiona: la condición del ser humano en estado natural, salvaje... En este punto cobra importancia el hecho de que la crisis y el mimetismo visual son habilidades que el ser humano no posee. El camuflaje humano, principalmente militar, sugiere que el hombre es un lobo para el hombre. Pero a lo largo de la historia todo ataque ha podido justificarse, ya sea en nombre de la fe, la justicia, la igualdad, la libertad, el progreso, la democracia o incluso la paz.
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EL HOMBRE ACECHA AL HOMBRE
All the fine winds gone
And this sweet world is so much older
Animals pull the night around their shoulders
Flowers fall to their naked knees
Here I come now, here I come
(Nick Cave)
El único planeta verdaderamente extraño es la Tierra
(J.G Ballard)
Ha llegado el momento del silencio. De la retirada. Cesó el fuego y sólo queda el paisaje desnudo de la barbarie. Es difícil escribir en un momento como este. Difícil creer hoy en el lenguaje. Hoy el amor es muerte, y el hombre acecha al hombre.
Aquí, entre los restos de este mundo en ruinas, la naturaleza se reinventa constantemente. Llegó el fin de una era. El Antropoceno muestra sus heridas y la materia vibra provocando nuevos ensamblajes. Como escribía Jane Bennett “Los ensamblajes son agrupamientos ad hoc de elementos diversos, de toda clase de materiales vibrantes (…) Los componentes de este ensamblaje, a pesar de que incluyen a los humanos y a sus construcciones (sociales, legales, lingüísticas), también incluyen algunas cosas no-humanas sumamente afectivas y poderosas: electrones, árboles, viento, fuego, campos electromagnéticos.”.
Tres grandes tanques de la Segunda Guerra Mundial construyen el tríptico central de la exposición. El alemán Panzer VI Tiger, el estadounidense Pershing M26 y el soviético IS-2 en el otrora idílico paisaje de las islas de Samoa. Entre los atolones vemos sobrevolar palomas, mieleros, silbadores monarcas, estorninos, fauna autóctona de la isla, mientras en una de las obras (Samoa Soviética) son los gorriones los que pueblan esa inexistente o imaginaria nación.
Si bien durante la Guerra Samoa fue alemana y estadounidense, nunca llegó a ser parte de la URSS, una ficción que introduce al espectador en ese simulacro de la representación figurativa que la pintura de Helí pone en funcionamiento. Esa Samoa soviética y los gorriones, nos conducen a un momento cruel del mandato de Mao en China. “Las aves son los animales del capitalismo”, declaraba Mao en 1958, sosteniendo que los gorriones se comían el trabajo del proletariado, instando a la población a acabar con ellos. Destrozaron nidos y huevos, los persiguieron, envenenaron y pensando que aquello sería una solución para acabar con la hambruna, sólo crearon un problema peor, pues los gorriones no sólo se comían los cultivos, sino también las plagas, equilibrando el ecosistema. Con la muerte de los gorriones, llegaron las plagas de langostas y con ellas la muerte de hasta quince millones de personas a causa del hambre. El hombre de nuevo no sólo era un lobo para el hombre, sino para todo aquello que le rodea y le hace posible la vida. Haz que la montaña incline la cabeza, haz que el río ceda el camino.
Y es en ese camino a una inventada Samoa, donde las pinturas de Helí García se encuentran con otras narrativas y relatos que aparecen bajo la superficie de sus capas de pintura. Estratos de lectura como los que aparecen tras esos retratos de adolescentes samoanas, referencia a aquellas que la antropóloga y poeta estadounidense Margaret Mead, utilizó como casos de estudios para el trabajo de investigación “Adolescencia, sexo y cultura en Samoa” (1928). Encontrando allí ese paraíso idílico y libre en el que adolescentes masculinos y femeninos vivían un deseo sin cauces ni problemáticas. Una mirada que construía desde nuestro mundo esa imagen del perfecto salvaje, de una Arcadia levantada desde la mirada exotizante del otro. Una mirada que se encuentra con el misterio y la sonrisa irónica de esas dos adolescentes que en su silencio daban palabras a que años más tarde el antropólogo australiano Derek Freeman desmantelase las teorías de Mead, dejando al desnudo las ficciones que existen en esta representación, el sueño de ese paraíso perdido.
Sabemos que la historia de muchos de nuestros museos se ha asentado sobre estas ficciones. En un momento de reparación y decolonización como el que vivimos, la pintura de Helí nos pone alerta sobre los peligros de ese sueño. Dos adolescentes en el interior de un museo de Historia Natural en Central Park. Una cristalera tras la que se conservan numerosas especies de aves disecadas en su interior. Una vez más el recuerdo a Mao y una camiseta que nos invita a vivir un sueño. Living the dream.
Enciendo el televisor y en las noticias, sólo hay lugar para la pesadilla. Difícil poder soñar hoy. El exterminio no cesa. No sé si hay gorriones en la franja de Gaza. No sé si podremos olvidar esto que hacemos. La historia se vuelve a escribir con los mismos errores. Un dedo sólo, un trozo sólo de ala/ alza el vuelo total de un solo cuerpo. Silencio.
Jesús Alcaide, Febrero 2024
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España