En otros casos, la fuerza que se hace más evidente es la del misterio, algunas veces hasta inquietante por la falta de presencia humana, en paisajes atrapados por la niebla. Otras veces, los faros, siempre solitarios, se encuentran en apacibles playas, o incluso en la nieve.

La luz juega un papel fundamental en su obra, infundiendo a cada cuadro su carácter más de ensoñación o más violento. En cualquier caso, lo que está claro, es que son obras que no dejan indiferente al espectador que se sentirá invitado a ir más allá de la propia obra, y a adentrarse en su imaginación.

Su técnica despierta curiosidad: óleos sobre lino encolados a tabla, en los que la tradición de la técnica y el modernismo de temática, colores y acabado se unen para dar forma a atractivas superficies perfectamente lisas y mates, dando la sensación de ser pintura de encáustica.

Se trata, como hemos dicho, de la primera exposición de Luque en Madrid. Un pintor joven al que avalan ya numerosas exposiciones y ferias dentro y fuera de España, así como premios importantes como el premio BMW y el premio FOCUS.