Descripción de la Exposición ¿Por qué expresamos? Por necesidad ¿Por qué mostramos? Por necesidad Ante el abismo de la nada surge algo. Desde que alguno de los homos que nos antecedieron se toparon con una pared vacía tuvieron la necesidad de convertirla en algo. Belén Orta no se ha topado con una pared, sino que se ha sumergido en las profundidades marinas para crear su mundo. Y más que un mundo tal y como lo conocemos los que existimos por aquí arriba, es un paraíso puro, blanco, fascinante, repleto de personajes fantásticos, de alegorías escultóricas que juegan con el espacio sobre las que se asientan, de mensajes directos que reclaman y justifican la doble necesidad que tiene el artista de expresar y de mostrar. De vaporosos y etéreos símbolos que exigen unas vivencias distintas que huyen de la prisa para adentrarse en una atmósfera sutil creada a base de elementos tan primarios como la madera, el hierro, el mármol o la pasta de papel. En el paraíso que propone Belén Orta viven hombres y mujeres pulpo que rememoran los aspectos más fantásticos de las mitologías clásicas, las que se forjaron en el desconocimiento y el temor a lo que había más allá de la tierra, en ese espacio incomprendido y a la vez anhelado que era el mar. Los 'híbridos' de Belén Orta no dan el pavor de esos grifos, tritones y sátiros de otros tiempos. Sus mujeres pulpo ya saben lo que hay bajo el mar y también lo que hay sobre la tierra y quizá sus largos tentáculos no sean sino el camino que quieren recorrer para huir de la propia tierra y volver al mar, a la utopía que hay que anhelar, aunque sepamos que no existe. Como la sirena rupestre que es, Belén decora las conchas marinas halladas en esos paraísos marinos con minúsculos frescos que reproducen más hombres y mujeres, ya sin tentáculos, cada uno en su espacio, defendiendo su idiosincrasia, enfrentándose a sus particulares abismos y sus íntimos deseos. Como esa mujer recogida en sí misma y atrapada en una jaula de hierro que se enfrenta a sus miedos y anhelos, a la inmensidad de su propio incierto universo. Una vez más, la necesidad de huir. O esas medusas blancas con sus tentáculos de hierro retorcidos en el espacio que parecen querer atraparnos y llevarnos con ellas a sus territorios fantásticos. O ese ancla que clava sus brazos en las vivencias de cada cual, como símbolo del pasado que a todos nos acompaña, nos lastra, nos clava al fondo y a veces no nos deja huir. La obra de Belén parte de esos espacios solitarios e íntimos desde los que empieza a intuir que necesita expresar con herramientas y utensilios muy distintos a la racionalización verbal a la que estamos demasiado acostumbrados. Por eso, en muchas de sus obras crea el propio soporte: pastas de papel superpuestas y prensadas sobre las que va fijando marcas de agua, hilos, texturas. Un mundo en ocasiones de apariencia abstracta, pero que esconde personajes e historias que nos hablan de la pureza, de la paz, de los pequeños matices en los que descubrir la belleza, de la necesidad de contemplar en silencio. Una invitación a ver el mundo con otros ojos. Una invitación a sumergirnos en sus profundidades marinas en esa eterna búsqueda que nos acompaña como exploradores que somos.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España