Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Ugo Mulas estudió Derecho en Milán pero su interés por el arte tuvo mayor peso en su devenir profesional. Como afirma Enrica Viganò, comisaria de la exposición, 'Mulas siempre insistió en decir que empezó por casualidad en el mundo de la fotografía, pero todo en él estaba predispuesto' para ser un cazador de imágenes con ese afán autodidacta que caracteriza su obra. En su juventud tuvo relación con artistas e intelectuales de la época, quienes años después fueron protagonistas en sus trabajos, como Marcel Duchamp o Lucio Fontana. Según el propio artista, '...fotografiando a los pintores, el muelle secreto era la idea de que, a través de la pintura y los pintores, conseguiría aferrar algo que no era la sola pintura y llegar a entenderme a mí mismo'. Estas instantáneas así como los retratos de su viaje a New York en una época de explosión artística, le dieron fama de extraordinario retratista. Umberto Eco considera a Mulas un fotógrafo que va mucho más allá del impacto emocional del personaje, el trabajo y el estudio: 'se trata siempre de un discurso sobre la estrategia de la obra, y el artista que trabaja entra en escena sólo cuando su gesto forma parte de esta estrategia'. El recorrido de la exposición comienza con algunas fotografías del Bar Jamaica, un local cercano a la Academia de Bellas Artes de Brera en Milán, frecuentado por artistas como Piero Manzoni. Estas imágenes se caracterizan por una cierta estética neorrealista, que después utilizó para documentar cómo era la periferia de la capital lombarda durante la primera parte de la década de los cincuenta del pasado siglo. En esa serie de ocho instantáneas, Mulas establece un contacto fotográfico con la realidad. Posteriomente, captó con su cámara a artistas italianos e internacionales que acudían a las Bienales de Venecia y eso dejó testimonios de gran valor documental y artístico como a Max Ernst en un vaporetto, a Canogar, Chillida y Saura en el café Florian o la emoción de Alberto Giacometti cuando ganó el Gran Premio de la Bienal de Venecia. Fue un período fértil, que le permitió entrar en contacto con Calder, Duchamp, Fontana, Burri, entre otros artistas, y captar las fiestas en la plaza de San Marcos e ilustrar cómo se transportaban las obras de arte por los canales venecianos. A mediados de los años 60 se traslada a Nueva York y allí nos revela los espacios creativos de pintores como Jim Dine, Rauschenberg, Jasper Johns, Lichtenstein, instantáneas de la Factoría de Andy Warhol, de Barnett Newman, Stella o Rosenquist, junto a esa visión elegante de los edificios de Nueva York. Uno de los artistas con los que más relación entabló en Manhatan fue Marcel Duchamp, captado en la cotidianeidad de su estudio. Otro caso similar fueron las inquietantes imágenes que tomó de Lucio Fontana en Milán o de Calder en Sachè, junto a sus mobiles. El género de retrato está muy presente en la exposición y así podemos observar su modo de fijar la imagen de músicos como John Cage, escritores como Arthur Miller, Eugenio Montale, Albertí o de la periodista Oriana Fallaci, de Giovanni y Marella Agnelli, de pintores como Giorgio De Chirico, Miró y Tápies. También cultivó las arquitecturas urbanas de Génova y Milán, memorables escenografías para el Wozzeck de Alban Berg, así como imágenes publicitarias de la moda italiana. En los veinte años de carrera, Ugo Mulas produjo un elevado número de fotografías aunando todos los registros posibles. La exposición concluye con la serie Le Verifiche (Las verificaciones, 1971-1972), el último trabajo que produjo antes de su temprana muerte, donde investigó las implicaciones conceptuales del arte fotográfico y plasmó su indudable talento. Y sobre todo como escribe la comisaria de la exposición: 'Mulas consiguió demostrar cuántas posibilidades estaban encerradas en la fotografía, entendida como medio e idioma, provocando reflexiones en ese mundo del arte contemporáneo que frecuentaba, analizaba y magistralmente documentaba'. La habilidad de este autor en el control de la cámara fotográfica y, especialmente, del cuarto oscuro era equivalente a su dominio del lenguaje fotográfico: '... Mi punto de vista no es solamente óptico sino también y, sobre todo, mental', reflexionaba el artista milanés y añadía 'puede ser que en la base de mis divagaciones esté esa urgencia de aclarar el propio juego, tan típico de los autodidactas, que habiendo partido a oscuras, quieren ponerlo todo claro'.
En esta exposición se podrán contemplar un centenar de obras de Ugo Mulas, que abarcan desde los años 50 a los años 70 del siglo pasado, de uno de los grandes renovadores del lenguaje fotográfico en Italia en la segunda mitad del siglo XX, tanto por su claridad conceptual como por los registros plásticos y los géneros que abordó en sus poco más de veinte años de carrera fotográfica. Con esta muestra, ya son tres las ediciones en las que BBVA ha colaborado con PHotoEspaña, participando con las exposiciones de Sebastião Salgado en 2007 y de Bill Brandt en 2008. Sección Oficial: Exposiciones históricas y grandes maestros (Madrid). PhotoEspaña 2009