Desde su retorno, en 1993, los pobladores de Uchuraccay han hecho un esfuerzo por restaurar su comunidad y a la vez lidiar con sus propios fantasmas en medio de una lucha por establecer un discurso sobre los hechos de violencia. Siguiendo la cosmovisión andina del Qempo, donde el pasado se ubica delante y no detrás, porque se conoce y se ha visto, este ensayo fotográfico procura ser una serie reflexiva que indaga el carácter transtemporal del dolor en dos caminos paralelos: muerte y vida después de la muerte, ambos coexistiendo en un presente continuo. En ese sentido este trabajo intenta poner sobre la mesa aquel necesario debate sobre cómo se mira y resignifica la memoria de un conflicto que cobró en total 69 mil vidas entre 1980 y 2000 en Perú y que dejó como herencia una lucha constante por la construcción de memoria e identidad.