La fotografía ha probado que juega con la realidad tanto como lo hace la pintura o el dibujo. Por medio de la intervención experimental de la imagen con medios antiguos de revelado - que datan de la época cuando la mayoría creían que ésta evidenciaba lo real -, el trabajo de Javier Vanegas se sitúa en un péndulo que va y vuelve de lo fotográfico a lo plástico. Cada que hace este recorrido va borrando suavemente los límites que existen entre estas dos expresiones estéticas.

Sin embargo y a pesar de pertenecer a estos dos mundos, la factura se asienta en la fotografía a partir del trípode. Un aparato que en estas series se podría interpretar como la génesis desde donde nace y se genera -valga la redundancia- la obra. Lo interesante es que durante su proceso y finalización las ... técnicas se nutren de referentes de la historia del arte: El barroco (Bitch's Monologue); lo abstracto (Index) y lo surreal (Cronopios). Y es en este momento cuando sucede la magia: la foto se separa del trípode para experimentar un cuasi proceso alquímico, en un laboratorio donde se crean imágenes tan reales como la vida misma y tan soñadas como los límites de la imaginación humana.