Descripción de la Exposición Tres es un buen número. Impar, primo y paralelo desde tiempos romanos que, al dotarlo de sentido angular, fue concebido como triángulo, pero esta historia es un cuento infantil. El triángulo es una disfunción matemática aunque se revista de talento, la mínima expresión de la máxima divinidad, dicen los lectores de literatura fantástica. Es obtuso, en cierto modo recto, con pendiente resbaladiza y aristas puntiagudas que rasgan la comodidad de la mirada. Quiebra el recorrido y define la pertenencia o no a una superficie con los menores trazos rectos posibles. Es vago, en definitiva, del mismo modo que posesivo y excluyente. Y realmente dentro no hay nada especial. Está construido con la misma sustancia que rechaza, pero su elitismo atrapa poderosamente. El triángulo te posee, pues esconde el secreto de sus orígenes cuando sus infinitas paredes se extendían hasta los límites del universo y esta vez, sí, manteniendo su sección. El big bang de los triángulos de infinitos ángulos que devoraban las curvas y las transformaban en formas geométricas complejas, con clase, con poco esfuerzo y no como sucede con los agujeros negros consumiendo materia a bocas llenas, babándose sin ninguna educación. Así era hasta hace 700 años, cuando Ockham encontró una navaja y seccionó su esencia en planos mínimos e interesantes y dio lugar al triángulo inofensivo que hoy conocemos, malhumorado por su convivencia con la asquerosa línea que lo define y el punto de la sobrevalorada convergencia. El cerebro se excita imaginando volúmenes difusos a partir de sus formas simples y sin tamaño definible, ya que disfruta con la adimensionalidad, con la matemática que subyace en el minimalismo estético y con la radicalidad cromática de aquello que no existe si no es en la oscuridad de otro semejante. Pero el cerebro disfruta fundamentalmente porque, en su más profunda sabiduría, conoce el secreto del origen de su universo y, al resultar un poco cabroncete, se regocija de su destino. Pero también oculta su temor a que, de nuevo, él se vuelva a abrir paso a través de los planos que lo contienen porque la trinidad es muy caprichosa y se aburre con facilidad. Y ahora se está inventado nuevas dimensiones y quien sabe si volverá a reinar. Y Ockham tendría miedo, mucho miedo porque las navajas ya no están de moda.
Exposición. 26 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España