Descripción de la Exposición
El pintor Federico García Zamarbide presenta una retrospectiva de sus últimos años con el título de “Tránsitos”, en los que muestra paisajes donde la naturaleza sigue su curso independientemente de lo que hagamos y de cómo intentemos manipularla. Una reflexión pictórica sobre la relación entre el hombre y la naturaleza que acoge la Galería del Hotel Miguel Angel del 6 al 31 de mayo. Un total de 15 obras engloba esta exposición organizada y comisariada por Roxa Ortiz.
La muestra pone de relieve también la obsesión del artista por el paso del tiempo. Nacemos y morimos un poco cada día, paulatinamente. Y renacemos del mismo modo en cada momento. El paisaje de Zamarbide enfatiza la naturaleza perecedora de las cosas y recoge la concepción mítica característica de las culturas antiguas que contempla la rueda del tiempo y que considera al mismo como cíclico, produciéndose una repetición incesante de edades y de entes, de nacimiento y extinción.
En este sentido, la exposición “Tránsitos” se divide en dos partes. Una en la que la vida humana queda reflejada en el paisaje, “Unos zapatos”, “Entre el Cielo y la tierra”, “Una paradita” y en la fascinación por aquellos lugares cuya magia se desvela a través del pincel de Zamarbide como “Tormenta en Trinidad” o “Primavera en la Quinta”, para pasar a la última parte expuesta que simboliza la vuelta al estado primigenio, con obras como “El paso del Tiempo”.
Nada es eterno, todo lo que nos rodea es frágil y perecedero.
Zamarbide ha afirmado que el punto de partida de “Tránsitos” es un argumentario teórico que explica lo importante que es el paisaje en su obra.
Utiliza una estética basada en la representación directa de la realidad, siempre en óleo o excepcionalmente junto con acrílicos, aunque a veces puede pasar a la abstracción. Los colores de su paleta son restringidos, lo que permite que nos concentremos en los matices tonales de la luz y que expresa su maestría como pintor de la luz.