La pintura es para Francisco Muñoz (Tlaxcala, 1986) el eje rector de su producción plástica. Su constante exploración sobre las posibilidades de lo bidimensional lo ha empujado a integrar al bastidor elementos provenientes de la reproducción mecánica, ya sean fotografías tomadas de revistas de moda o reproducciones de catálogos de objetos prehispánicos, así como texturas obtenidas de otros materiales de origen industrial. Sin embargo, el trabajo de collage no termina ahí. Pacientemente enmascara, ya sea con pintura o grafito, el resultado de su primera yuxtaposición en una suerte de malabarismo de la composición al añadir o sustraer elementos según lo considere necesario.
Este proceso de combinar elementos ajenos entre sí, por su origen, lo aplica también a la escultura. Muñoz ha vinculado en obras anteriores piedras extraídas del paisaje de su terruño con cemento y polines. Ha coleccionado pacientemente objetos extraídos de sus derivas por la ciudad, o por sus distintos...viajes a través del país, para luego intervenirlos con pigmentos y lacas, los cuales le devuelven al espectador su belleza olvidada. También ha utilizado materiales de uso industrial para reinterpretar objetos extraídos de su vida cotidiana. Así, en lugar de ceder a la tentación del ready-made, Muñoz se interesa por la traducción material y su transformación lúdica en esculturas modulares.
Con esta nueva obra, el joven artista continúa su abordaje desinhibido sobre aquellos elementos arraigados al imaginario prehispánico que aún circulan entre nosotros a través de copias y facsímiles, los cuales han estado presentes desde el inicio de su trayectoria.
Irving Domínguez
Entrada actualizada el el 16 jul de 2018
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