Descripción de la Exposición
Coordinación: Carlos Ordás
Artistas en exposición: Marilola Alejandre, José María Álvarez, Angulo/Vela, Corinee van Bergen, Carmen Brincones, Virginia Calvo, Iraida Cano, Enrique Carlón, Ricardo Cavada, Maite Centol, Carlos Coronas, Luis Cruz Hernández, Carlos Cuenllas, Florentino Díaz, Susana Fernández, Nilo Gallego y Felipe Quintana, Alberto García-Álix, Tomás Gimeno Marco, Nadia Desirée González, Carlos de Gredos, Grupo Kula, José María Guijarro, Ana Hernando, Hutto Colectivo, Juan Rafael, Juárez & Palmero, Sohad Lachiri, Ignacio Llamas, Antonio López-Peláez, Germán Madroñero, Bruno Marcos, Ana Cristina Martínez, Julio Mediavilla, Benjamín Menéndez, Sergio Molina, Antonio Murado, Carlos Oliver Pozo, Jorge Otero, Serafín Palombi, Carlos Pascual, Carlos de Paz, Óscar de Paz, Begoña Pérez Rivera, Luis Pita, Alejandro Plaza, Melquíades Ranilla, Oskar Ranz, Arturo Revuelta, Gloria Rubio, Enrique Rueda, Concha Sáez, Néstor Sanmiguel Diest, Fermín Santos, Santos Javier, Toño Segura, Dorothée Selz, Johanna Speidel, Esteban Tranche, Adrian Tyler, Juan Udaondo, Valcárcel Medina, Eduardo Valderrey, Gustavo Vega, Daniel Verbis, Manuel Vilches, Kiyoshi Yamaoka.
Desde diciembre de 1990, la ciudad León vivió el nacimiento y consolidación de una galería y espacio de producción artística denominado Tráfico de Arte, pensado y materializado por el artista Carlos de la Varga, que había llegado al mundo del arte tras abandonar sus estudios de arquitectura en Valladolid.
La propia denominación elegida para el proyecto era una declaración de intenciones con la que romper la mayoría de las convenciones del mercado del arte, y su línea de programación generó, desde el primer momento, una fuerte interacción con la ciudad, sus artistas e instituciones. Sin abandonar la pintura y la escultura que habían tenido su desarrollo a lo largo de todo el siglo XX, su programación transitaba entre el arte público y el conceptual, entre lo performativo y el land art, entre la mirada fotográfica y el videoarte.
Asimismo, la intensa vinculación que Tráfico de Arte mantuvo con el hecho comisarial, a través de las numerosas colaboraciones y confluencias con el profesor y crítico de arte Javier Hernando, implicó la aparición de proyectos satélites de arte público como El hall transformado, Acción Pública, El espacio inventado, o el Centro de Operaciones Land Art El Apeadero, junto con ediciones, debates, exposiciones y asistencia a ferias de arte, que configuraron un rico y proteico escenario artístico que se prolongó hasta 2007.
La exposición Tráfico de Arte. Galería, ciudad y periferia, comisariada por Jesús Palmero, da cuenta de este intenso periodo en la práctica artística leonesa, a través abundante documentación y más de un centenar de obras de 66 artistas, que abarcan técnicas como el vídeo, fotografía, pintura, instalación, o escultura.
El proyecto aporta una mirada actual, desde el ámbito expositivo, a toda esa práctica desarrollada a lo largo de 17 años que significó a nivel social un caldo de cultivo idóneo para el asentamiento en la ciudad del MUSAC en 2005. La observación de ese momento pasado se plantea, alejada del historicismo, como algo vivo, merecedor del presente. Tráfico de Arte y todos los afluentes que surgieron de esta práctica galerística constituyeron una de las plataformas más importantes del León de los noventa y primeros dos mil, atrayendo en torno a sí el interés de artistas, críticos y público deseosos de adentrarse y formar parte de un colectivo interesado en la dialéctica artística contemporánea.
El poso de todas aquellas experiencias aún hoy continúa en suspensión. Ahora, con motivo del 15 aniversario de la inauguración del MUSAC, es el momento de detenerse y observar con atención la vigencia de lo vivido durante aquellos años.
Para dar cuenta de este extenso periodo de actividad artística, la muestra se organiza en torno a tres ámbitos temáticos. El primero de ellos, Galería, recoge los planteamientos y experiencias vinculadas a un espacio galerístico único en el panorama de la comunidad en ese momento. En el ámbito Ciudad convergen las derivas urbanas procedentes de la apertura de la galería hacia el exterior. Por último, Periferia se ocupa de las experiencias artísticas desarrolladas en la naturaleza.
GALERÍA, CIUDAD Y PERIFERIA. TRES ÁMBITOS TEMÁTICOS
La muestra se inicia con una idea matriz: la galería. Sin perder de vista en ningún momento la necesidad de una sostenibilidad económica a través del sistema de mercantilización del arte, Carlos de la Varga planteó desde el primer momento un galerismo que fue más allá de los estándares que coexistían en la ciudad y en la propia comunidad autónoma en ese momento.
Tráfico de Arte acogió con absoluta normalidad prácticas conceptuales como el caso de su tercera exposición, Sugerencias de un forastero al plan general de León de Isidoro Valcárcel Medina (1991), o experiencias performáticas de eat art como las de DorothéeSelz en 1993. La presencia de la fotografía fue una constante con artistas como Enrique Concha, Alberto García-Alix (a través del colectivo El canto de la tripulación), Ana Hernando, Catarina Mendes o Adrian Tyler. Las instalaciones también tuvieron su hueco con obras como You Are WhatYouWat (2000) de Johanna Speidel, Homenaje a Mishima(2001) de KiyoshiYamahoka o Síntesis, (2005) de Jorge Otero.
A la amplísima nómina de artistas de ámbito nacional e internacional que encontraron en Tráfico de Arte una plataforma para mostrar sus inquietudes creativas, se incorpora una emergente escena artística provincial, constituida por un grupo de artistas muy cercanos generacionalmente en los que confluían intereses muy próximos. La galería no solo supuso un lugar donde materializar sus propuestas sino que, en muchos casos, se convirtió en antesala de otros escenarios. Artistas leoneses como Enrique Carlón, Ana Cristina Martínez, Daniel Verbis, Juárez & Palmero, Oscar de Paz, Bruno Marcos, Virginia Calvo, Carlos Cuenllas, Santos Javier, Eduardo Valderrey o Juan Udaondo son algunos ejemplos que evidencian que, más allá de lo galerístico, Tráfico de Arte fue para ellos un marcador de su evolución conceptual y una puerta abierta al exterior.
En los últimos años de actividad, Carlos de la Varga programó tres exposiciones que a la postre se han convertido en el legado discursivo de su proyecto: La crítica de arte como arte (2003), La galería de arte como arte (2004) y El artista es arte (2005). La reafirmación de su actitud a través de estas tres muestras significa el final de una intensa dedicación al activismo cultural y el inicio de una vida apartada, dedicada a la práctica performática, al activismo ecologista y a una personal lucha contra el espejo y en busca de la recuperación del pedestal.
El segundo ámbito expositivo es el dedicado a la ciudad, en el que convergen las derivas urbanas procedentes de la apertura de la galería hacia el exterior. En estas nuevas experiencias de arte público, es fundamental el papel desempeñado por Javier Hernando, que se ocupó de la construcción de un discurso riguroso que conectase las propuestas con la ciudad. Su intensa dedicación teórica se extiende desde la docencia universitaria a la crítica de arte pasando por la actividad comisarial y divulgadora del arte contemporáneo. Sus textos conforman un amplio corpus de artículos y publicaciones, trazando una exhaustiva cartografía de las tendencias artísticas.
La imbricación con las dinámicas de la ciudad se inicia con el proyecto multidisciplinar Transitart (1993-1995), que ponía el recinto expositivo al servicio de la ciudad, convirtiéndolo en un lugar de interacción y tránsito de ideas. En 1994 la Asociación de Estudiantes de Historia del Arte inicia un programa de intervenciones en el hall de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León, que dos años después pasará a ser comisariado, hasta 2007, por Javier Hernando bajo la denominación de El Hall transformado, título que propuso Carlos de la Varga. Esta convergencia entre crítico y galerista se vio reforzada por la presencia anual de artistas procedentes de la galería. En paralelo surge Acción Pública (1995-1997), un espacio artístico de gestión colectiva desde el que se materializaron, entre otras actividades, cuatro números de La revista hablada, que bajo un formato performativo agrupó a un importante número de personas y disciplinas. En 1997 comienza a celebrarse El espacio inventado, un ciclo estrictamente de arte público, que llegaría a alcanzar catorce ediciones y que inicialmente situó su lugar de acción en torno a la plaza Torres de Omaña, ampliando su radio, en algunas ocasiones, a la sede del COAL.
El tercer y último ámbito de la exposición, bajo la denominación de periferia, se ocupa de las experiencias artísticas desarrolladas en la naturaleza. Cumplido el objetivo de romper los muros de la galería, surge en 1998 un nuevo proyecto dirigido por Carlos de la Varga que amplía el área de acción al exterior de la ciudad (no desde una perspectiva periurbana, sino ampliando su capacidad de acción a la amplitud del medio rural). La creación del Centro de Operaciones Land Art El Apeadero supone la consolidación de un puente entre el pensamiento y la práctica artística en torno al discurso del territorio. Si bien el núcleo de acción se ubica en la antigua estación de Renfe de Bercianos del Real Camino, algunas de las propuestas se convirtieron en iniciativas expandidas cuyo foco se situaba en otras poblaciones. La actividad del centro, que se desarrolló a lo largo de nueve años, tuvo como complemento teórico la publicaciónTerritorio Público dirigida por Javier Hernando.
Toda esta intensa actividad artística, que transcurrió en paralelo con el despertar digital, significó a nivel social una plataforma abierta de diálogo con la contemporaneidad, manteniendo un pulso con las tendencias globalizadoras y neoliberales del mercado del arte. Este rico y proteico contenedor artístico se truncó finalmente en 2007. Tráfico de Arte. Galería, ciudad y periferia recoge ese legado, permitiendo observar el desbordamiento de los límites de un espacio de creación y la configuración de una escena artística que agitó, sin duda, el conservadurismo imperante en la ciudad de León.
PUBLICACIÓN
Este proyecto tiene prevista la edición en 2021 de una publicación que, a modo de catálogo, recoja los contenidos de la exposición, ampliándolos asimismo con otros materiales no presentes en la misma.
JESÚS PALMERO, COMISARIO
Jesús Palmero (Astorga 1969) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad compagina la docencia con la actividad artística y editorial. Ha participado en el comisariado y coordinación de diferentes proyectos expositivos como We’realldreamers (MUSAC, 2015), El teorema de la anamnesis. La barrera contemplativa (MUSAC, 2017), Tiempo OMA (cocomisariada con Juanvi Sánchez, DA2, 2018) o Tráfico de arte. Galería, ciudad y periferia (MUSAC, 2020). También ha trabajado como documentalista para diferentes instituciones, destacando su colaboración con Amando Casado en la puesta en valor de la obra de fotógrafos cómo Bernardo Alonso Villarejo o Vicente Nieto. Ha impartido conferencias, talleres y cursos, así como participado en diferentes mesas redondas sobre diversos aspectos de la plástica contemporánea. Entre 1991 y 2009 ha sido miembro del equipo Juárez & Palmero desarrollando 9 www.musac.es una intensa labor artística dentro y fuera de España. Es miembro del Colectivo OMA desde su fundación en 1994. Dirige desde 2015 junto a Cristina Pimentel la editorial Marciano Sonoro.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España
Formación. 16 nov de 2024 - 17 nov de 2024 / Bizkaia Aretoa / Bilbao, Vizcaya, España
La mirada feminista. Perspectivas feministas en las producciones artísticas y las teorías del arte