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Con la exposición 'Antoni Tàpies. 50 años de litografías' la Galería Joan Gaspar de Madrid celebra los cincuenta años de la primera serie de litografías del artista catalán. Las Litografías Negras ... ven la luz en 1959, en los talleres de 'Foto Repro' en Barcelona, con la colaboración del litógrafo Damiá Caus. Si hasta aquella fecha, Tàpies sólo había ejecutado algunos grabados esporádicos, ya con 36 años, afronta su primer cuerpo a cuerpo con los medios gráficos. El resultado es una serie fascinante compuesta de 10 litografías en blanco y negro de gran tamaño que, a pesar de ser una experimentación, son unas estampaciones magnificas y de gran calidad. En ellas ya aparecen, además, sus dos símbolos tan característicos que seguirá utilizando en su obra: las dos cruces y las dos diagonales cruzadas.

A partir de aquel entonces, el artista vuelve una y otra vez a este medio de expresión, creando numerosas planchas que a menudo serán utilizadas para la elaboración de libros. El libro es, en efecto, un tema constante en su obra grabada que Tàpies realiza desde la doble perspectiva de artista y bibliógrafo. Dos perspectivas que a veces pueden parecer en desacuerdo a causa de su tendencia a jugar con las reglas, los límites del libro hasta amenazar su integridad. En el grabado, más que en su pintura, Tàpies expresa algo fundamental que es su pasión por el juego y su sentido del humor. Es en el grabado que los paralelismos con el admirado Miró se hacen más evidentes.

Es posible que esta espontaneidad esté estrechamente relacionada con el trabajo gráfico. En él, el artista trabaja de manera indirecta, sin ver plenamente lo que hace y, en el momento de revelar el resultado del soporte sobre el papel, puede tener sorpresas inesperadas. De allí surge la peculiar poesía del grabado, donde el material posee una libertad y una autonomía que no tiene en otros contextos.

Presentando la serie completa de litografías de 1959 y algunas obras posteriores, la exposición invita a contemplar esta interesante faceta del artista y permite apreciar su evolución en este campo. Tàpies siempre valoró el grabado por las posibilidades artísticas que ofrece y por su facultad de hacer que el arte sea asequible a un número más amplio de personas.