Panorámicos rotos en una esquina; plumillas, llantas; cuñas de madera para evitar rodamientos; ventas de repuestos; insumos de ferretería; talleres de latonería y pintura. El paisaje urbano de los alrededores del barrio San Felipe se configura, como otros sectores bogotanos, en torno a especialidades: palacios, manantiales o fuentes de materiales específicos. En esta zona, sin embargo, esta especialidad pronto se encuentra con la del arte.
“TODOS Y PARTES” reúne esta dualidad entre disfuncionalidad y cotidianidad, correlacionando las partes para que formen un nuevo ensamble, un nuevo todo a partir de eso que está inmediatamente disponible. Acumula detritos de la vida cotidiana y, en medio de ellos, aparecen piezas que se salen de la línea de ensamble para volverse algo por sí mismas. Los panorámicos de automóviles no son sólo visores, los rastros de colisiones inesperadas reaparecen como pinturas suspendidas en el tiempo, esperando la homogenización del latón.
Andrea Lehner...
