Descripción de la Exposición
Han pasado ya algunos años desde que Javier Arce comenzara a explorar en su pintura la relación entre la imagen y la materialidad del paisaje mismo. Con una economía de medios muy cercana, casi de subsistencia poética, el artista comenzó a utilizar los restos de la leña acumulados durante el verano como bastidores improvisados, dando pie a las formas orgánicas y desestructuradas de su serie de pinturas “Sobre lo cercano” que hemos podido disfrutar en diferentes exposiciones a lo largo de los últimos años.
Más allá de la perspectiva ecológica y de los lugares comunes en torno a lo rural, la cabaña y la vida en el campo, las pinturas de Arce se vinculan tanto más con una idea económica del bosque y del jardín en el sentido original del término: el “oikonomos” que significaba literalmente la administración (nemein) del hogar (oikos) en griego. Es también la gestión del fuego que calienta al grupo; la relación y el candor entre los cuerpos y los objetos en la casa familiar. Cuadros que, por tanto, prenden y desprenden un calor por contacto con la cosa representada, con el valle en sí, pero también con el autor mismo y con la condición personal de quien habita el valle y se abastece de él, tejiendo una relación material con el entorno más física e instintiva que política o conceptual – aunque los límites de la definiciones estén siempre en pugna.
Para esta ocasión, Arce propone además un montaje con luces bajas, opacando las ventanas con un trenzado de vara de avellano, típico de las zonas pasiegas, y con algunas paredes pintadas de colores propios de la fauna y flora autóctona. Bajo la mirada de esta luz tenue, coge fuerza la sensación de unas pinturas fulgurantes, ardiendo cada una como un pequeño fuego e iluminando el espacio como lo hace el hogar, como iluminan las imágenes. Calentando, de alguna manera, las tardes heladas y desprotegidas de este otoño madrileño.
Lo romántico del paisaje adquiere aquí una dimensión más sentimental que política o histórica, en tanto que no hay una contraposición a la polis ni una renuncia explicita a la urbe. Para Arce sus pinturas son una reivindicación del amor hacia esas cosas que configuran eso que llamamos casa.
No en vano, To Paint is to Love Again toma nombre del ensayo homónimo de Henry Miller, en el que el escritor, al igual que Javier, recopilaba reflexiones sueltas y audaces en las que nos recordaba que su pasión por la pintura era sencillamente una forma de volver a amar. De recuperar el amor por las cosas, pintándolas.
Javier Arce (Santander, 1973) es graduado en Técnicas de Estampación en la Escuela de Artes Aplicadas de Oviedo y Licenciado con Honores en Bellas Artes en la Universidad del País Vasco. Recibió su maestría en Escultura de la Escuela de Bellas Artes de Wimbledon, Londres. Ha sido galardonado con el Premio de la Fundación Marcelino Botín de Artes Plásticas y con las becas Leonardo de la Fundación BBVA a Investigadores y Creadores. Su trabajo está presente en colecciones como la de Fundación Marcelino Botín, ARTIUM, IVAM, Museo de Bellas Artes de Santander, MUSAC, CAB o La Fundación la Caixa, entre otras.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España