Descripción de la Exposición
Coco Bedoya: Tiros de gracia
Texto por Max Hernández Calvo
Tal como caracteriza el trabajo que Coco Bedoya ha desarrollado a lo largo de su carrera, las piezas reunidas en “Tiros de gracia” emplazan una deriva de sentidos (ya prefigurada en el título, que se abre a una doble lectura: la del remate de un herido y, vía la jerga, a una dosis de cocaína) a partir de la confluencia de múltiples referencias temáticas, discursivas y estéticas.
En este conjunto de piezas, la cuchilla de afeitar es un eje iconográfico que es reiterado y alterado en su forma, dimensiones y colores, y yuxtapuesto junto a otros iconos y signos que cargan las piezas de sentidos críticos, lúdicos e imaginativos. Dentro de la simbología del artista, la cuchilla de afeitar remite a la violencia y al conflicto social—una asociación inmediata dado su carácter de objeto punzocortante—. Acaso su sentido fundamental concierne a una crítica de las políticas de represión ciudadana y los regímenes dictatoriales que las implementan, algo aparente cuando este elemento aparece junto a otros símbolos con los que establece nexos narrativos. Así, la cuchilla es frecuentemente representada junto a otros objetos como clavos, fósforos, ganchos de ropa, imperdibles, bolsas de basura, y llaves. Objetos que hablan de una u otra manera de represión y reacción. Así, por ejemplo, la llave, que aparece inicialmente en 1977 cuando Bedoya recién llega a Buenos Aires, habla de la preocupación por la seguridad de cara a la violencia política, pero también, por vía fonética, es un llamado a tomar conciencia de la brutal represión militar (llave / ya ve: ve de una vez lo que está ocurriendo), mientras que el fósforo alude a la volatilidad del orden social y la insurgencia. Por su parte la bolsa de basura, que ocupa el imaginario del artista como potente recuerdo de la huelga de basureros en Lima de 1979, opera como un sucedáneo del fardo funerario y de la bolsa de cadáveres, vinculando la fosa común y el entierro precolombino.
Si la cuchilla representa de una forma bastante literal la idea de corte, este mismo concepto se abre a su lectura como cambio drástico, truncamiento y freno. Pero también como la apertura de una posibilidad nueva, inaugurada precisamente por ese corte. Esta idea resulta clave cuando consideramos las piezas en las que la cuchilla aparece junto a (o transfigurada en) un uniforme militar. Ciertamente esta alianza entre uniforme y cuchilla es una forma de abordar las violaciones de derechos humanos cometidas por los militares en Argentina y otros países, idea graficada en los retratos de dictadores sobre la silueta de una hoja de afeitar, que evocan los recortes de derechos, pero también las laceraciones de los cuerpos (algunas figuras remiten a siluetas, a cuerpos victimizados, a desaparecidos). Incluso la corrupción en general parece ser sugerida de esta manera (digamos cortar la bolsa de dinero público o, vía el título, las componendas con el narcotráfico). Más aún, dado que algunos de los uniformes retratados tienen charreteras, ornamentación que se popularizó en los siglos XVIII y XIX, las obras también traen a la mente el período de la colonia y el de la misma gesta independentista en América Latina, sugiriendo una mirada crítica acerca de los cimientos de opresión sobre los que se edificó la república. Pero estas obras apuntan también al horizonte de la esperanza. Por un lado, porque la denuncia que entrañan de por sí busca el cambio, y, por otro, porque una hoja de afeitar es, a fin de cuentas, un producto desechable.
En tal medida, los “Tiros de gracia” de Bedoya son también los de la crítica mordaz y aguda del artista que nos recuerda cómo el orden del mundo hace tiempo perdió todo brillo, como si de una navaja oxidada se tratase.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España