“En TIERRA, la idea de naturaleza aparece como la de un lugar revitalizador. Asistimos a la búsqueda de un espacio acogedor idílico, a la posibilidad del renacimiento, de la redención/salvación (desde el punto de vista del individuo y específicamente de la mujer, la primera pecadora)”, me escriben Ana + Betânia, desvinculándose así de cualquier lectura en clave ecológica de una obra que, en mi opinión, opera exclusivamente en torno a un esquivo y misterioso punto determinado por un concreto par de coordenadas: el amor y el horror.
La obra del dúo de artistas formado por Ana Cruz y Maria de Betânia (1983), suscita múltiples lecturas. La apelación directa a la técnica, ese dominio del arte de la cerámica en su dimensión más artesana (la que subyace en el objeto decorativo clásico como producto de un conocimiento objetivo del oficio, evocado aquí con una incuestionable ironía), posibilita que esta renazca redimida en...obras netamente perversas: el horror como florido centro de mesa. La cerámica decorativa cobra un nuevo sentido, se actualiza políticamente y hace que afloren con vigor renovado sus conexiones con las labores artesanas -ese minucioso modelado de miles de minúsculos pétalos y pistilos- tradicionalmente delegadas en la mujer.
Las piezas fragilísimas de Ana + Betânia se sitúan en una posición particularmente abierta en relación con el vasto campo del posfeminismo: las propiedades de la cerámica y la forma de entenderla y manipularla refuerzan el carácter frágil, transitorio, huidizo, inasible, de cualquier acercamiento a la condición femenina. TIERRA es una desconcertante mixtura de amor y horror en la que el fusil de asalto, el hongo atómico, el amasijo de gusanos, la osamenta, son transmutados en delicadas composiciones con flores de porcelana. Alegorías de un acercamiento amoroso -y redentor- al horror -provocado por el hombre- que se realiza en lo femenino e incluso lo define.
Alegorías también de una feminidad inevitablemente ligada a la muerte en tanto que dadora de vida; a un sufrimiento que se reviste instintivamente de belleza; a una humedad serpenteante y, claro está, a su nunca inofensiva -ni exenta de fragilidades y seducciones aparentes- posición frente al hombre… TIERRA es, por tanto, un capítulo decisivo en el discurso de dos artistas que ensayan, en una exposición perturbadora, la identificación y regeneración, por el amor -y la fragilidad-, tanto de lo que los sexos proyectan uno sobre otro como de lo abyectado por la humanidad sobre la Tierra.
Javier Rubio Nomblot
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La exposición está compuesta por un grupo curado de piezas organizadas en 3 círculos principales o áreas de discusión: destrucción / permanencia / renacer. Lo tamaño de obras de arte y piezas de instalación va de pequeñas a grandes.
Ana + Betânia
Ana y Betânia comenzaron a trabajar juntas en cerámica escultórica durante su B.A. en la Facultad de Bellas Artes de Lisboa, y se establecieron como dúo de artistas en 2015 con el nombre de Ana + Betânia. Ahora tienen su sede en Caldas da Rainha, una ciudad portuguesa conocida por su producción de cerámica tanto en la industria como en la artesanía tradicional.
Entrada actualizada el el 21 dic de 2021
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