Descripción de la Exposición
El pensamiento ecológico consiste, efectivamente, en todas las ramificaciones del verdaderamente maravilloso hecho del tejido ecológico que está compuesto por todos los seres vivientes y por los que ya están muertos, así como por sus hábitats que también están compuesto a su vez de seres vivos y muertos. Timothy Morton
En julio de 2013 una ballena joven apareció varada en las costas de Terschelling, una isla al norte de los Paises Bajos. Los que la rescataron fueron incapaces de salvarla. Cuando abrieron su cuerpo anormalmente hinchado encontraron dos jarrones, un spray de plástico, nueve metros de cuerda, dos mangueras y mas de 40 kilos de plástico. La causa de la muerte fue el bloqueo intestinal y este bloqueo constituye el límite hasta el que se pueden relacionar la materia orgánica viviente por una parte y la inanimada y manufacturada por otra. La ontología del plástico como cosa y como idea y el desarrollo evolutivo de la ballena son dos conceptos incapaces de coincidir. El estómago de la ballena no ha evolucionado para comer y asimilar los derivados del petróleo. Su muerte pone de manifiesto las falsas e inasumibles correlaciones entre lo fabricado por el hombre y los ciclos naturales. Las proposiciones científicas incluidas en la maquinaria del capitalismo dan lugar a relaciones falsas y equivocadas en las que las epistemologías que se consideran ciertas son en realidad interrupciones de la forma en la que la ciencia, la tecnología y el capitalismo actúan. Y la ballena muerta es el testimonio de su inexactitud. La ballena que ingiere el plástico que le causará un bloqueo intestinal funciona como la metáfora del callejón sin salida filosófico resultado del idealismo trascendental incapaz de resolver las condiciones de la disonancia cognitiva que condiciona su situación actual. Pero, ¿Y qué ocurre con el plástico una vez que se descompone el cuerpo de la ballena? ¿Se libera en el océano para acabar de nuevo en el cuerpo de otro animal? ¿Es el plástico un patógeno recurrente, vivo, en el sentido de crear mas y mas destrucción, de contaminar mas y mas vidas? ¿Existe un materialismo dialéctico de la corrupción?
Un objeto es mucho mas que los materiales que lo componen. Como entidades políticas, los objetos hoy en dia son mucho mas inmateriales que materiales. Son parte de un tejido que se extiende mas allá de su sustancia y que engloba multitud de interrelaciones. Están mas allá de nuestra capacidad de comprenderlos y se han hecho invisibles en este momento de crisis ecológica. De esta forma constituyen lo que Timothy Morton llama “hiperobjetos”. Las falsas relaciones que se establecen entre ellos en el campo sensorial se pueden separar para poner de manifiesto las condiciones subyacentes que los caracterizan. Por una parte los productos de deshecho como el poliestireno o el plástico no se degradan fácilmente y cuando lo hacen resultan tóxicos. Pueden ser de pequeño tamaño y circular por la cadena alimenticia para acabar en los estómagos de los animales. Este compuesto es como los hechos que ocurren en internet: nunca desaparecen del todo. La memoria virtual es infinita y nunca olvida. Al igual que la contaminación causada por los productos petroquímicos (resultado de un deseo voraz de beneficios) estas memorias exudadas por el capitalismo contaminan el conocimiento que circula en la actualidad entre las inteligencias globales. Es la clave para entender el negacionismo del calentamiento global. Son ideas que se encuentran en la arquitectura de Internet para participar en un mercado de ideas comprometido en la lucha por la supervivencia del mas apto. Como todos los objetos, materiales e inmateriales, signo y significado, real o irreal, natural o producido por el hombre, en algún momento se contaminan con su propias condiciones de incomensurabilidad y por aquellas del tejido que ya no distingue entre su propia contaminación y la verdad.
Aquí es donde los experimentos de Elena Bajo empiezan a tomar la forma llamativa de una discapacidad humana profundamente insertada en si misma. Sus esculturas se llenan de plástico y de los residuos fósiles que las conforman. La forma pura del cubo se interrelaciona con lo que emana de esa tecnología. La herencia helénica se convierte en un espacio de ruptura plegado sobre si mismo en línea con lo que Deleuze y Leibniz entendieron como plegamiento topológico del interior hacia el exterior y viceversa. Al hacerlo se oponen diferencias y similitudes activando nuevas condiciones para lo real y lo subjetivo. Porque la historia de los objetos nunca será igual en un mundo contaminado tanto objetiva como lingüísticamente. Contaminación es la condición por la que ese pliegue lo que fue forma pura se convierte en corrupto, loco, contagioso, podrido. La deformación de lo esencial es la característica fundamental que necesitamos para mirar esas obras de un nuevo lenguaje todavía no formado pero ya comprometido.
En su segunda exposición en García galería Elena Bajo presenta dos series de trabajos relacionados entre si. De una parte el video The Land is a Mirror of the Stars investiga a través de proposiciones reales y de especulaciones imaginarias la articulación de espacios negativos dejados o heredados por el capitalismo post fordista y las formas sociales ejecutadas por las estrategias neoliberales. Mezcla textos históricos y literarios, elementos etéreos, códigos anarquistas, encuentros digitales y cosmogonías indígenas. Propone una exploración extensa del entorno global, de cuestiones políticas y sociales con una base local, conocimiento arcaico, mitología, etc… Utilizando las palabras de la activista hondureña Berta Caceres el video señala las consecuencias de la destrucción del hábitat natural del bosque amazónico al describir el ciclo que va desde las constelaciones astrológicas hasta la cosecha de cada año.
Bajo también presenta una serie de esculturas de realización reciente con el mismo punto de partida. Obras en las que el material artificial (plástico, aluminio, poliestireno) se rompe, se abre, para mostrar su interior. Formas aparentemente perfectas parecen deformadas y lo natural y lo artificial se entrelazan. Las delicadas superficies contrastan con las cavidades que las rompen afectando la percepción del espectador.
Con Throwing car parts from a cliff before sunrise Elena Bajo expande sus dos trabajos anteriores: With Entheogenic Intent (Burn the Witch), Los Angeles 2014, en el que se relacionaba con las mitologías indígenas americanas y su alcance global y Isle of Innocence (After Fordlandia), Sao Paulo, Brasil 2015, sobre Fordlandia, una ciudad-factoria creada por Henry Ford en mitad de la selva del Amazonas. Estos tres trabajos constituyen la serie Cosmic Distress, centrada en el impacto ecológico de las políticas neoliberales.
Elena Bajo ha participado en la creación del colectivo de Los Angeles D’CLUB (Divestment Club), dedicado en actividades de lucha contra el cambio climático y contra el uso de combustibles fosiles. MA in Fine Arts por la Central Saint Martins School of Art, Londres en 2005 obtuvo también MA en Architecture en la ESARQ, Barcelona en 2002. Lectora en el Goldsmith’s College de Lobdres; Rhode Island School of Design, RISD, Providence y Sheffield Hallam University, Sheffield; Saas-Fee Summer Institute of Art en Berlin. Recientemente ha expuesto en la Kunsthalle Sao Paulo, Brasil y participado en exposiciones colectvas como la Mardin Biennial de Turquía, o en la Kunsthal Charlottenborg en Copenhague. Entre sus próximos proyectos destacan ‘Aun: Yet, Still”, el 44 Salon Nacional de Artistas, Pereira, Colombia y “Take Up your Space”, at Kai 10 Arthena Foundation, Dusseldorf. En 2016-2017 ha recbido la Beca Botin. Bajo vive y trabaja enre Los Angeles y Berlin.
Exposición. 15 sep de 2016 - 12 nov de 2016 / garcía | galería / Madrid, España
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España