Descripción de la Exposición
Los pastores vascos: los centinelas solitarios del Oeste norteamericano. El imaginario del Oeste norteamericano siempre ha girado tradicionalmente en torno a la figura del “cowboy”, el héroe por excelencia de la mitología clásica asociada a este territorio. El peso del arquetipo del “cowboy” en la literatura y en el cine “western” ciertamente ha distorsionado y oscurecido durante mucho tiempo el papel de otras comunidades fundamentales en la historia y la cultura del Oeste norteamericano, como los nativos o los
chicanos, y ha invisibilizado la presencia de las mujeres en este territorio mítico. Además, esta hegemonía de la figura del “cowboy” en el imaginario “western” ha condenado durante mucho tiempo a la invisibilidad o a la insignificancia a otros grupos dedicados a otras actividades ganaderas como, por ejemplo, el pastoreo. En efecto, los pastores en el Oeste norteamericano tradicionalmente nunca fueron objeto de gran atención por parte de la cultura o el arte en general. Existían varios factores que ciertamente no favorecían la integración de los pastores en el imaginario clásico del “western”: así, a menudo fueron vistos como elementos secundarios en la
expansión hacia el Oeste, cuando no como rivales de los “cowboys” en la lucha por el agua y los pastos, y la asociación habitual del oficio de pastor con las minorías étnicas, por ejemplo, con los vascos, tampoco facilitó su visibilidad social y cultural.
Por todo ello, cuando en 1957 el escritor vasco-norteamericano Robert Laxalt (1923-2001) publicó Sweet Promised Land (Dulce tierra prometida) podemos decir que el imaginario del Oeste norteamericano se abrió al reconocimiento de la figura de los pastores y, en particular, de los pastores vascos como elementos importantes en la historia de este territorio. La obra es básicamente la historia del propio padre de Robert Laxalt, Dominique, pastor en Nevada durante 47 años, y se convirtió en la historia por excelencia de los vascos emigrantes en los EE.UU., dando visibilidad social, cultural y literaria a los que, unos años más tarde, el propio Laxalt definiría en un artículo para la revista National Geographic como “the lonely sentinels of the American West” (los centinelas solitarios del Oeste Americano). El impacto de la obra de Laxalt fue tal que, tras su publicación, se fueron sucediendo diversos eventos que afianzaron el reconocimiento del papel de los vascos en el Oeste norteamericano, tales como el Primer Festival Vasco del Oeste (1959), el prestigioso Programa de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada-Reno (1967—su nombre actual es Centro de Estudios Vascos William A. Douglass), o el monumento al pastor vasco en Reno a cargo del prestigioso artista Néstor Basterretxea (1989).
Hoy, transcurridos 66 años de la publicación de Sweet Promised Land y 100 años desde el nacimiento del propio Laxalt, el legado de los pastores vascos en América sigue vivo y abierto a visiones renovadas y diferentes perspectivas multiculturales, tal y como lo atestigua la presente exposición a través de la sugestiva e interrogante mirada de Gala Knörr.
DAVID RIO
Catedrático de Literatura Norteamericana,
Universidad del País Vasco,
Formación. 08 may de 2025 - 17 may de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España