Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La obra de Bassi es un misterio deslumbrante. Coexisten en ella aparentes pero intensas contradicciones, y lleva al límite de la demostración por el absurdo varias características esenciales del arte. La afirmación es válida para el corpus de su obra y para las ahora expuestas, que tienen total autonomía formando a la vez parte de una investigación estética y espiritual común. Estos cuadrados son muy mágicos y de varias maneras, tomando algo arbitrariamente la expresión de Klee. Se investigan los límites del arte y de la nada; hasta dónde casi nada sigue siendo un cuadro, como 4'33'' interroga sobre la música y el silencio. Bassi dijo en algún momento, bastante antes de que esta obra tomara forma, algo así como que estaba organizando unas pocas líneas en el espacio. El resultado se parece a esa parca descripción de lo inefable. La inefabilidad es una pista segura aquí llevada al máximo: no hay obra de arte separable de su lenguaje; forma y contenido son uno. Estas obras con muy pocos elementos, en principio netamente geométricas, tienen una potencia expresiva y emotiva cuyo origen se puede rastrear en varias direcciones. Las proporciones de las líneas y de los espacios, objeto de constante doble percepción simultánea -no ya la percepción alternativa de forma y fondo-, proporciones sentidas como justas, perfectas, pero inquietantes. El sutil desvío de la ortogonalidad o del equilibrio, que a veces puede leerse como una ambigua perspectiva. Ambigüedad entonces entre plano y profundidad. La textura perfectamente opaca, totalmente plana de una obra sin embargo matérica. La linealidad propia del dibujo en algo que no deja dudas sobre su naturaleza pictórica. La visión siempre completa formas: restituye la línea aunque tenga interrupciones, pero no deja de apreciar su textura, su naturaleza porosa o difuminada hacia el fondo, su brillo o su parcial ocultamiento. También doble percepción simultánea. Otro rasgo propio es la periodicidad, patrones o ritmos con violaciones a la propia regla. Repetición y alteración son elementos esenciales de la música y de la poesía, artes de tiempo. Armonía compositiva donde el cambio de cualquier elemento, de un mínimo trazo, resignifica radicalmente el todo. El nudo del misterio es la desconcertante presencia de lo que no se ve. Durante el proceso creativo se superponen estructuras periódicas y aperiódicas, velos de pigmento negro de diferentes diluciones, descubrimiento de zonas por sustracción y desapariciones. El pensamiento es largo pero el tiempo de ejecución está restringido por los procesos físicos de los materiales. El pensamiento es profundo pero hay decisiones que sólo se dan en la ejecución de la obra, producto de reflexión pero no planificada. La elección de los elementos que sobreviven en la obra acabada no se basa en su papel en la estructura original, que terminará tragada por el fondo -como por el tiempo-, sino por su función en el futuro, que será su presente constante o su eternidad. El discurrir apunta a la necesidad, tanto del trazo o del elemento pictórico que sólo permanecerá en función de ella, como de la obra en sí. No se trata de necesidad en el sentido de fatalismo sino de aporte, lo que es el gran desafío de la creación intelectual. La asunción de ese riesgo tensa constantemente el resultado. El conocimiento del proceso creativo añade a la reflexión, pero la obra se juega siempre en el presente: es la que es. No la justifica el camino ni la emoción que haya sentido su creador, que sabiamente desconfía de ella. Lo que se ve, incluso lo que se vislumbra, nunca son huellas involuntarias. Todo es el resultado de un camino necesario. El misterio deslumbra porque no es ocultamiento sino presencia (presencia de estar presente). Son varias las pistas que apuntan al tiempo en esta obra plástica. Ritmo, acordes, música, memoria, procesos mental y de ejecución capturados en un presente. El tiempo es lo más real y lo menos explicado. Una emoción se ubica mejor en el tiempo que en el espacio; y una verdad en la eternidad. La obra participa de la emoción y de la verdad. Hay búsqueda filosófica que se expresa plásticamente. Tiene que ver con el tiempo, enigma de filósofos. Desde la perplejidad de Aristóteles, que sigue siendo nuestra, de saber si, sin cambio o sin conciencia, el tiempo existe o no. Desde la agudeza de San Agustín, que escribe: '¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé, pero si me lo preguntan y trato de explicarlo, ya no lo sé.' (1) Y luego: 'Esas tres suertes de tiempo existen en nuestra mente y no las veo en otra parte. El presente del pasado es la memoria; el presente del presente es la intuición directa; el presente del futuro es la espera.' (2) La afirmación es riesgosa: el misterio brillante es el presente y la rara experiencia de poder alejarse para verlo en su esplendor, que resume la profundidad del tiempo, normalmente elusiva o eludida. 'Todo ocurre como si, en el seno mismo de una percepción atenta al mundo, nuestra conciencia hiciera jugar un cierto coeficiente de inatención a la vida para atenuar una parte del brillo del presente, difuminándolo en lo que lo precede y en lo que lo sigue. El presente se encuentra así distribuido de un lado y otro del instante puntual que constituye su centro.' (3) Aparece una relación profunda con las sucesivas tesis sobre el tiempo que desarrolla André Comte Sponville: el tiempo es el presente, el tiempo es la eternidad, es el ser, el tiempo es la materia, es la necesidad, es el acto. Y que resume en 'el tiempo es el devenir.' (4) En efecto, la obra es la que es en el presente, que es lo propio del ser y contiene su pasado, raíz de su necesidad, causalidad y emergencia; es su eternidad fuera del tiempo. Perduran en ella -son en ella- el acto y el gesto. Esa condensación existe en la mente: Klein alude al inconsciente como 'el tiempo privado de curso' (3). Tal vez la más llamativa y más plástica sea la cuarta tesis, que se despliega en la afirmación: 'El presente es el ser mismo, y el estar presente es materia y vacío.' (4) María Simon (1) San Agustín, Confesiones, XI, 14. (2) San Agustín, Confesiones, XI, 20. (3) Étienne Klein, Les tactiques de Chronos. (4) André Comte Sponville, L'être-temps.
El reconocido artista Javier Bassi, presenta sus trabajos más recientes. THE PLOT, es un proyecto site specific para Galería SOA arte contemporáneo.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España