Descripción de la Exposición
The Cucumber Sandwich Club. Fábula segunda se inaugura en la sala Columna JM, una semana después de que La corona de la reina. Fábula primera, se abriera al público en la sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes. Ambas muestras son fruto de un acuerdo entre Javier Marín, y su histórica galería y la Universidad de Málaga. Para los jóvenes que finalizan sus estudios, es una oportunidad inestimable acercarse tan pronto al ámbito profesional del arte. Y además, hacerlo con el reto que supone preparar dos individuales para la misma ciudad y las mismas fechas.
Delia Boyano consigue superar la prueba con elegancia y delicadeza. Como si se hubiera apropiado de Pinewood Studios junto a sus compañeras: Nashia, de Chipre, Kataryna, de Polonia y Anru de China, filman el núcleo de The Cucumber Sandwich Club. Una exposición en la que nos vemos envueltos entre pistas de tenis de prestigiosos clubes londinenses, y sándwiches de pepino, recompensa frugal de calorías consumidas. Como Orson Welles envuelto en su capa de mago entre langostas, falsificadores y puros, la artista, transfigurada en maestra de ceremonias, nos introduce en sus películas y fotografías de un mundo blanco de luz difusa, en claro contraste con la presencia barroca que rezuman las esculturas y la iluminación teatral de la sala que ocupamos.
La comida forma parte del arte desde su prehistoria: de los búfalos de Altamira al mero de la Cueva de La Pileta. Magia, mito, economía, política, poder, belleza, amor o verdad son representados en las cenas de los Guermantes descritas en detalle por Proust o en los frugales bodegones de Sánchez Cotán; en la venganza entre los fogones de La Holandesa orquestada por Greenaway o la comida como material y soporte de las instalaciones de Miralda; en la representación de la pobreza de Los comedores de patatas de Van Gogh o en la belleza de lo cotidiano de las ciruelas de William Carlos Williams, deliciosas, tan dulces y tan frías. El alimento no es el tema de la obra de Delia Boyano, sino una sutil metonimia con la que especula sobre los retos y estrategias de una sociedad burguesa y enriquecida a costa de la pérdida de la empatía, y la búsqueda absurda de objetivos banales.
Para Wilem Flusser las imágenes se han convertido en pantallas que ocultan lo que representan. Las esculturas que crea Delia Boyano, como las piezas de Doris Salcedo, responden a ese doble movimiento o giro del que habla Mieke Bal: superficie y volumen responden a diversas estrategias, que podrían llegar a ser entendidas como opuestas. Vaivén del espectador que se acerca y se aleja al contemplarlas, en un tiempo convertido en pliegue, que ha provocado un movimiento de suspensión del tiempo narrativo, consecuencia del flujo entre distancia y cercanía, entre el mundo de los objetos y el las imágenes, entre lo terrenal y lo divino.
El bote lleno de estrellas de purpurina reposa bajo la pequeña luz que lo hace brillar y multiplicarse, mientas Santa Eulalia observa, desde La Columna. La obra, inspirada en la talla de 1760 de Luis Salvador Carmona, aquí ha sido modelada en una masa realizada con obleas, ese pan ácimo que sabe a iglesia. Nuevo barroco nuevo.
Delia Boyano López de Villalta (Málaga, 1994) es Graduada en Bellas Artes (2016) por la Universidad de Málaga. Actualmente cursa el Máster Performance Design and Practice en Central Saint Martins, UAL (University of the Arts of London). Ha sido seleccionada para participar en diferentes exposiciones como La Chistera (MAD, Antequera, 2016), 10 fugas (Salas Rectorado UMA, Málaga 2017), MA Work in Progress exhibition (Central Saint Martins, Londres, 2016), o The Cucumber Club. Acaba de finalizar una residencia europea con Proyecto Elos (Erasmus Founding, Atenas, 2017).
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España