La exposición se compone de fotografías digitales y un vídeo titulado Renmin: alrededor de 40 imágenes de diversas dimensiones, algunas expuestas con anterioridad y otras que –al igual que el vídeo— se muestran por primera vez. Según su autor, “está concebida como un acercamiento profundo a una sociedad excesivamente malinterpretada como es la china. Lo hago dejando atrás prejuicios y con la negación de lo absurdo, ya que sería lo más cómodo quedarnos con esta definición como única lectura” (...) “Es cuando se traspasa la primera epidermis cuando afloran las cosas más interesantes. Todo o casi todo lo bizarro que ocurre en mis imágenes tiene un porqué, pero para llegar a comprenderlo hace falta leer, investigar, conversar y, sobre todo ir y volver, ir y volver”. En palabras del artista, China es “un país que de forma imperante te empuja a salir a respirar. Cuando llego por primera vez, el...país se encuentra en plenos preparativos de los Juegos Olímpicos, suponiendo la paridad de China y Occidente y todo lo que esto conlleva. Con una población rural ocupando de repente megaciudades de 10 a 30 millones de habitantes y un desfase brutal de las normas urbanas y la nueva tecnología que controla el país. El avance de China no supone el avance de los chinos: es una sociedad basada en la supervivencia de la masa y no del individuo, que intenta mantenerse lo más dignamente posible. China se encuentra en un limbo entre lo occidental y lo oriental, entre el comunismo y el capitalismo, lo que desorienta al ciudadano y deja ganadores, pero también perdedores” (…)
“Mis imágenes son incómodas, pero con cierto aire de esperanza. En China lo imposible es posible, incluso probable y con tendencia a convertirse en cotidiano” (...)
Una aproximación a la fotografía de vanguardia y una reflexión, desde el arte, sobre el –desconcertante, pero fundamental en el mundo actual– universo de la China del siglo XXI.
Entrada actualizada el el 29 nov de 2023
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