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El título de la nueva exposición del artista Juan López hace referencia a su reciente estancia en la capital italiana. Cada una de las obras surge de piezas musicales compuestas ex profeso para la muestra, por lo que música y pintura interactúan en una exposición, sin duda, original.

Las experiencias, los otros, las ausencias se muestran entremezcladas en una suerte de confusión temporal. A las vivencias, los viajes, la hija, lo que cuenta y se calla, los gustos, lo que nos cuentan o nos callan quienes se nos van alejando o se nos quedan colgados, incomunicados, aparecen en esta exposición.

La comunicación utiliza dos códigos complementarios para el autor: de los momentos, de las personas nace la música y de ésta la pintura y el collage. El espacio de Juan López sufre, ... pues, distintos procesos. Se inicia con uno volátil, seguido de otro doble (estable y sincero); para terminar propugnando la vuelta y la confusión: las estaciones se repiten.

Así, deconstruir no es más que conocer los entresijos que lentamente nos van conformando, intentar poner otro orden para lograr conocer lo que somos y poder quitarnos ese sello de ángeles caídos.